La reacción de Vélez apareció anoche en Liniers. El equipo tuvo que padecer dos derrotas consecutivas para recuperar su estirpe y demostrar que sigue siendo un conjunto competitivo. Y lo logró nada menos que ante River, que llegaba como líder invicto. Y sobreponiéndose ante la falta de un hombre durante los últimos 18 minutos. Y ofreciendo un fútbol de búsqueda permanente. Y desnudando las falencias del rival para construir en ofensiva. Los argumentos pueden multiplicarse para resaltar un triunfo que se había transformado en obsesión. Por ello, Vélez no sólo recuperó el liderazgo del torneo, sino que por sobre todo dejó en claro que puede resurgir aun en los momentos malos.

La imagen parecía al revés. El que arribaba con la tranquilidad de los resultados favorables y un juego en crecimiento, River, no pudo demostrar en Liniers nada de eso y se fue lleno de preocupaciones. Pero no tanto por el promedio bajo, sino que los interrogantes tienen que ver con la falta de ideas para encontrar los caminos deseados.

River mejoró bastante en el aspecto defensivo, que se inicia con la seguridad que transmite el arquero Carrizo, pero no consigue plasmar la idea del toque que pregona su técnico Angel Cappa. A diferencia de lo que ocurría el año pasado en Huracán con el mismo entrenador, a estos jugadores se les hace difícil encadenar jugadas colectivas que desemboquen en la exigencia del arquero rival. El gol del ingresado Buonanotte para marcar el empate parcial fue una genialidad del volante que se anticipó al cruce de Somoza. En el resto del encuentro, el equipo no pudo rematar al arco por alguna acción combinada, y un tiro libre de Ortega fue lo más peligroso que evidenció.

A pesar de contar con un jugador más por la expulsión de Somoza, River tampoco hizo notar esa supremacía en el campo. La impotencia por esa falta de recursos fue el zurdazo de Arano en el final, desde muy lejos, sin ninguna complicación para Barovero.

Del otro lado, el libreto está bien estudiado. Cuando la pelota atraviesa los pies de Moralez la claridad para avanzar es inmediata. Y el aporte del juvenil Bella por la derecha del mediocampo le da todavía más fluidez a esa insistencia. Allá adelante no tiene ningún tipo de preocupación, debido a que Martínez y Silva se entienden y se complementan como si llevaran muchos años juntos. El primero puso en ventaja a los locales con una gran media vuelta, luego de una habilitación de Bella, para definir con un tiro cruzado ante la sorpresa de Carrizo.

El uruguayo es pura potencia, y más allá de que ayer marcó de penal –la jugada la inició Martínez por la derecha– después de una falta de Maidana sobre él mismo, tuvo más ocasiones para aumentar la ventaja. Primero estrelló un zurdazo en el palo desde afuera del área y un minuto más tarde levantó la pelota ante la salida de Carrizo y se fue al lado del palo. Cuando al equipo le tocó esforzarse más en el último tramo del partido, lo hizo sin perder el protagonismo para evitar lamentos posteriores.

Las dos caras se dieron vuelta. Vélez se sumó a Arsenal en la cima con mucha convicción como mejor respaldo, y River bajó un escalón con la molestia que provoca la derrota.

Estadio: Vélez.

Arbitro: Héctor Baldassi.

Goles: 32m, Martínez (V); 40m, Buonanotte (R); 58m, Silva (V), de penal.

Cambios: 31m, Buonanotte (6) por Lanzini (R); 64m, Pavone por Pereyra (R); 70m, G.Díaz por Bella (V); 75m, Razzotti por Moralez (VS); 89m, Alvarez por Martínez (VS).

Incidencias: 73m, expulsado Somoza (V).