Argentinos había entendido perfectamente cómo sacarle ventaja a un rival descontrolado y la hinchada local pedía la cabeza de Miguel Angel Russo, pero el colombiano Giovanni Moreno supo abstraerse del clima adverso y dio vuelta la historia a favor de Racing, primero con un golazo de tiro libre y luego con buena precisión para definir mano a mano con Nicolás Navarro. Anteriormente, Franco Niell había abierto la cuenta para Argentinos, que tenía todo para ganar y perdió por su falta de ambición.

Nunca es fácil jugar después de perder un clásico, ya que la tolerancia de los hinchas suele ser muy poca. Dentro de esa órbita, los simpatizantes racinguistas diseñaron un clima hostil, que incluyó insultos y reproches. A pesar de eso, el equipo de Russo arrancó bien, con prolijidad en el traslado de la pelota y con un Moreno encarador, haciéndose cargo del equipo y pidiéndola en todo momento. Con esos argumentos, Racing pudo haber golpeado, pero el primer disparo de Bieler salió apenas desviado y Navarro le ahogó el grito al colombiano en otra oportunidad, luego de que el enganche dejara dos hombres en el camino.

El dispositivo táctico de Pedro Troglio fue eficiente, ya que el técnico entendió a la perfección que el negocio estaba en esperar y salir rápido con Prósperi, para luego complicar a los pesados defensores de Racing con jugadores ágiles, tales como Hernández y Niell. A la dinámica individual de esos futbolistas, Argentinos le sumaba el buen manejo de Ortigoza, quien dirigía al equipo y complicaba al rival con los cambios de frente. De esta manera, el visitante pasó a ser superior y obtuvo la ventaja, cuando un remate de Hernández pegó en el palo y Niell empujó la pelota con el arco vacío.

A partir de ese momento, la hinchada no ahorró insultos para su equipo y pidió que el técnico renunciara. El descontento generalizado superó al equipo. En ese panorama, Toranzo estuvo errático y generó fastidio en el público, mientras que Cahais no frenó ni un avance por su sector. Para colmo de males, con el objetivo de refugiarse de los agravios en el banco, Russo no había dado ni una sola indicación.

El único jugador que continuó como si nada ocurriera fue Moreno. Con una pegada notable, emparejó el marcador mediante un tiro libre. La paridad hizo que Argentinos perdiera su ambición, pero el partido no tenía dueño. El ritmo eléctrico de ese pasaje culminó con un nuevo grito de Moreno, quien definió en posición de puntero luego de un amague de Bieler. Con el resultado a su favor, la hinchada cambió los insultos por ovaciones para el enganche y varios jugadores levantaron su nivel, contagiados por el rendimiento del colombiano.

Con esta victoria, seguramente quedarán atrás los momentos de tensión que vivió Racing en la semana, cuando dos socios le rayaron el auto a Lluy. Cuando parecía que se hundía en el abismo, Moreno agitó las alas y Racing levantó vuelo.

Informe: Andrés Pappagallo.