FúTBOL › BOCA SE MOSTRó COMO EL EQUIPO MáS COMPETITIVO DE LOS TORNEOS ESTIVALES
El conjunto de Falcioni encontró un funcionamiento llamativo para esta altura del año, a partir de un mediocampo con mucha dinámica, que luego se prolongó con una defensa sólida, que no recibió goles, y un ataque contundente, con más de dos tantos de promedio.
De todos los equipos que disputaron los torneos de verano en Mar del Plata y Mendoza, Boca fue el que mejor imagen dejó y el que, sólo por lo visto, ya podría anotarse en la lista de candidatos a pelear por el Clausura. La clave de la levantada está en la contratación del entrenador Julio César Falcioni y en las llegadas de Somoza y Rivero, quienes a fuerza de juego y de ganas ya se imponen en el mediocampo boquense. Y a eso se suma que no contó ni con Walter Erviti, flamante refuerzo, ni con Juan Román Riquelme, la indiscutida figura del equipo. A priori, con esos nombres potenciaría sus chances, aunque hay que ver cómo se acoplan.
Quizás un paso adelante de lo que imaginaba o pretendía Falcioni, eso de armar un equipo de atrás para adelante, lo primero que brotó en el equipo fue la línea media. Las apariciones de Somoza y Rivero fueron una ráfaga de aire fresco en un mediocampo que hacía rato no jugaba ni daba seguridad. Chávez se soltó y volvió a mostrar sus condiciones y el juvenil Colazo se hizo grande de golpe, con dos goles, consciente de que con la llegada de Erviti no le sobrarán oportunidades.
Otro dato a tener en cuenta es que de los siete goles que marcó Boca en sus presentaciones veraniegas, cuatro fueron anotados por volantes: Chávez, candidato a salir para el ingreso de Riquelme, convirtió ante Independiente (2-0); Colazo lo hizo en el superclásico ante River (2-0) y en la definición de la Copa de Oro ante San Lorenzo (3-0), para ampliar la cuenta que había abierto Rivero, quien, dicho sea de paso, terminó siendo la figura del partido.
Desde la solidez del mediocampo, los delanteros tuvieron más participación en el juego y, por añadidura, mucho más peso ofensivo. Palermo jugó un gran superclásico y, como para que no queden dudas, anotó el segundo de su equipo para asegurar el triunfo.
Beneficiado por la confianza del DT, como el Ave Fénix, Mouche resurgió entre las cenizas, desniveló y habilitó a sus compañeros y, como broche, cerró su actuación con un golazo de tiro libre. También a Viatri se lo vio bien y de no llegar otro delantero –Boca haría un intento por Lautaro Acosta, suplente en el Sevilla–, Falcioni se arreglará con ellos.
En el arco, García parece haberle sacado un paso de ventaja a Lucchetti, aunque Falcioni no lo tiene del todo definido. Y, en la defensa, sorprendió la confirmación de Calvo como marcador lateral derecho, el afianzamiento de Insaurralde y Caruzzo en la zaga, y con Clemente por la izquierda, no parece quedar lugar para el misterio.
Eso sí, por lo hecho en esta pretemporada, en Boca se ha sembrado una incógnita mayor: ¿dónde jugarán Battaglia, Erviti y Riquelme cuando estén al ciento por ciento? ¿Podrán desplazar al mediocampo veraniego? Todo un desafío que deberá resolver Falcioni jugando por los porotos.
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