Lun 25.04.2011
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FúTBOL › LE METIó TRES A HURACáN Y ADEMáS PALERMO SE REENCONTRó CON LA RED

Boca tuvo su domingo de resurrección

El tanto de Palermo, después de 953 minutos de ayuno y abstinencia, decoró un partido que ya estaba liquidado en el arranque del segundo tiempo con los goles de Chávez y Colazo. Fue el mejor partido de Boca en el torneo.

› Por Juan José Panno

Hubo pasajes en los que tocaban con precisión, triangulaban, salían con pelota dominada desde el fondo, abrían los espacios y esperaban con paciencia la ocasión propicia para aplicar el golpe letal. Parecían el Barcelona.

Hubo momentos en que los que ajustaban la defensa, contragolpeaban a gran velocidad aprovechando un error rival, y ponían a un delantero cara a cara con el arquero contrario. Parecían el Real Madrid.

Para que quedaran estas sensaciones, Boca contó con la inestimable colaboración de Huracán, que sacó a relucir lo peor de su repertorio: mostró inseguridad en el fondo, fue endeble en el medio y no tuvo ningún peso ofensivo.

La nada de Huracán es la explicación más realista (no es la única) de los tres goles de Boca, y la sensación de que el partido pudo haber terminado 6-0.

Se pueden ensayar otras conclusiones: que el equipo funciona mejor con el 4-4-2; que sin Riquelme en la cancha, Chávez se siente menos inhibido y por eso la rompió; que los jugadores salieron a demostrarle al entrenador que es una gilada eso de hablar de refuerzos en el medio de un torneo; que los futbolistas se sintieron tocados por los dirigentes ortibas que hablan de falta de actitud; que les respondieron a los periodistas que dicen que este equipo sin Riquelme no existe.

Ciertas hipótesis se desbaratan fácilmente. Ya otras veces en este mismo torneo, jugando 4-4-2, Boca fue un desastre. Por otra parte, no es la primera vez que Chávez juega sin Román y en otras ocasiones no jugó nada bien.

Lo otro, lo del orgullo, el amor propio y las respuestas a lo que dicen los de afuera, tampoco cierra demasiado. En general, los jugadores ponen lo que tienen que poner; a veces salen todas cuadradas y a veces salen todas redondas. El de ayer fue un partido de esos en los que los vientos soplan a favor para uno y en contra de otros.

A los 2 minutos, Boca ya había tenido dos ocasiones: masita de Palermo y remate cruzado de Mouche que atajó Monzón. Fue un anticipo de lo que se iba a dar como constante. A los 19m, Chávez empujó debajo del arco una pelota que había salido limpita desde el fondo con un quite de Monzón y siguió con toques del mismo Chávez, Palermo y Mouche, antes del pase a la red. Con un mezquino 1-0 se fue de largo el primer tiempo, pero Colazo corrigió el resultado a los 23 segundos del complemento con un tremendo zurdazo. Puesto el 2-0, casi el único interés del partido pasó por saber si Palermo podía cortar la sequía.

Metió un cabezazo en el travesaño; hizo una buena jugada y pateó al gol, pero se la sacaron en la línea; y, finalmente, gracias a la generosidad de Mouche, quedó solo con el arco vacío y le pegó medio mordido. Todos los compañeros fueron a abrazarlo y los hinchas lo gritaron como si se tratara de una final de la Libertadores.

Si Boca jugara siempre como ayer, saldría campeón; mucho más si todos los domingos se enfrentara a este Huracán.


Estadio: Huracán.

Arbitro: Héctor Baldassi.

Goles: 18m, Chávez (B); 46m, Colazo (B); 83m, Palermo (B).

Cambios: 46m, Soplán por Machín (H); 50m, Bottaro por Brítez Ojeda (H); 65m, Ruiz por Cellay (B); 71m, Roffes por Zárate (B); 83m, Noir por Mouche y Sánchez Miño por Erviti (B).

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