A esta altura del mes, y ante el inminente comienzo del torneo Final, cabe preguntarse qué dejaron en limpio los partidos del verano en materia de refuerzos, de rendimientos individuales, más allá de los resultados obtenidos. Racing, por ejemplo, se adjudicó el cuadrangular de los grandes en Mar del Plata y si bien no sumó nombres nuevos, el entrenador Luis Zubeldía al menos consiguió que Gabriel Hauche se convirtiera en figura y goleador de un equipo que no brilló pero que mostró solidez y temperamento para pelear cosas importantes.

En el caso de River, lo más importante hasta el momento fue lo hecho en el Superclásico de Mar del Plata, con un claro triunfo sobre Boca y una notable actuación del delantero uruguayo Rodrigo Mora. Frente a Independiente y frente a Racing, las formaciones fueron alternativas y, sin embargo, ambas mostraron una pretensión de juego ofensivo, con la cancha abierta por las bandas, donde se vio muy bien al ex volante de Newell’s, Lionel Vangioni. Le faltaron a Ramón los otros refuerzos que pidió a boca de jarro, pero al menos pudo ver en el Sub-20 a unos de los que pretendía, el jugador del Porto Juan Manuel Iturbe, a quien ahora parece dispuesto a sacrificar para que los dirigentes le traigan a Jonathan Fabbro, el volante de Cerro Porteño que lo desvela. Lo mismo ocurrió con Manuel Lanzini, de bajo rendimiento como enganche del seleccionado juvenil y al volante central Matías Kranevitter, de rendimiento más parejo.

Boca, por su parte, debió esperar las firmas para poder mostrar a sus refuerzos. Sólo Claudio Pérez arrancó el cuadrangular y luego se desgarró, mientras que los últimos en llegar recién pudieron jugar desde el arranque el sábado, en el clásico frente a Independiente. El volante uruguayo jugó apenas 50 minutos, se lo vio duro en los movimientos y áspero en el juego, y salió acusando una lesión. El que cumplió con creces las expectativas fue Juan Manuel Martínez. El ex Vélez fue la figura del triunfo ante Independiente, con dos golazos, pero lo más importante es que dejó una imagen capaz de renovar la que tenía el equipo con su facilidad para cambiar el ritmo de los ataques y para abrir espacios en la ofensiva. De su juego también se espera que potencie al goleador uruguayo Santiago Silva, una sociedad que ya dio sus buenos frutos en Vélez, con título incluido. El verano no le agregó mucho al juvenil enganche Leandro Paredes, más allá de las condiciones que le ve el entrenador, quien le pide más protagonismo en el juego y lo comprometió en esa dirección. También sumó un positivo Lisandro Magallán, de lo mejorcito en el Sub-20 de Marcelo Trobbiani. El defensor jugó frente al Rojo y mostró temperamento y buen juego aéreo, con dos cabezazos de gol, que uno salvó el travesaño y el otro el arquero Navarro, ambos en jugadas de pelota parada.

Independiente fue el más flojo del verano en cuanto a resultados. Pero eso no parece ser precisamente lo que le importe por estas horas a Américo Gallego, quien prefiere y es lógico que así lo haga, concentrarse en armar el equipo que peleará por los puntos en el torneo Final y que deberá esmerarse para mantenerse en Primera. De lo actuado en el verano, el regreso de Rolfi Montenegro fue, sin dudas, lo más destacado. El volante demostró que está bien y que puede ser el jugador diferente que necesita el equipo para potenciarse. También hubo una aparición interesante, la de Leonel Miranda, quien sumó sorpresa y buen manejo de pelota, y pareció entenderse bien con Montenegro.

Por último, por el lado de San Lorenzo, con altibajos en su gira por el interior, lo único para destacar es la llegada de Mauro Cetto, refuerzo muletto que llegó luego de una larga y frustrada negociación por Fabricio Coloccini. Y de Vélez, el último campeón, poco se pudo rescatar de su gira por Uruguay, más allá de la renovación del contrato de Lucas Pratto y el triunfo por 3-1 por la Copa Río de la Plata frente a Peñarol, campeón del torneo uruguayo y rival del equipo de Liniers en la fase de grupos de la próxima edición de la Copa Libertadores.