A pesar de los golpes de timón que el entrenador Carlos Bianchi ensayó para enfrentar a Tigre, Boca no consiguió jugar bien ayer en Victoria y, aunque no sufrió como el último miércoles frente a los mexicanos del Toluca, debió conformarse con un empate sin goles. Los dirigidos por Néstor Gorosito, entre los que se destacó Rubén Botta, fueron de menor a mayor y terminaron dejando una buena imagen, pese a las constantes fallas en la definición. El resultado terminó siendo justo.

Después de que Bianchi pateara el tablero y dejara afuera del equipo nada menos que a Walter Erviti, Santiago Silva y Leandro Somoza, tres jugadores clave durante la gestión de Julio Falcioni, Boca debía mostrar otra imagen respecto de la que ofreció en sus últimas dos presentaciones, cuando venció agónicamente a Quilmes y luego en la derrota ante Toluca por la Copa Libertadores. Y lo logró a medias. Porque si bien el equipo estuvo un poco más ordenado, y el mediocampo se mostró más sólido, igualmente le costó generar peligro sobre el arco de Javier García; y cuando Tigre lo atacó por el lado de Botta, Matías Pérez García o Leandro Leguizamón, no la pasó nada bien, más allá de las acertadas respuestas de Orion.

Las más claras para los de Victoria las tuvieron precisamente Botta, quien aprovechó una ley de ventaja y sacó un remate cruzado al cuerpo del arquero, y después Leguizamón, quien avanzó con caño incluido y sacó un lindo remate al primer palo que no entró por un pelito.

Boca, que al menos en la primera parte jugaba un poco mejor la pelota, carecía de peso ofensivo más allá de lo que conseguía generar Juan Manuel Martínez, rápido en los tres cuartos, pero sin la claridad necesaria como para terminar bien las jugadas; lo mismo que Lucas Viatri y Pol Fernández, quienes participaban del armado, pero no aparecían en la terminación. De ahí que la más clara para los boquenses terminara llegando en jugada de pelota parada: Fernández ejecutó el tiro libre, Viatri habilitó de cabeza con precisión y Guillermo Burdisso, con el arco libre, se pasó por muy poco y no llegó a interponer la cabeza en el trayecto de la pelota.

En la segunda parte, el planteo fue similar, con la diferencia de que fue Tigre el que manejó un poco mejor la pelota. Mucha pelea en el mediocampo, donde se destacaban los constantes choques entre el uruguayo Ribair Rodríguez y Gabriel Peñalba, y pocas situaciones de gol, más allá de que los locales, no sin desprolijidades, se acercaban con mayor claridad al rival, y eso obligaba a la última línea xeneize a redoblar sus esfuerzos. Botta volvió a estar cerca, pero Orion controló el envío.

El último cuarto de hora fue el más intenso. Boca soltó amarras y se animó a pararse un poco más arriba. Pero Tigre, que jugaba mucho mejor que en la primera parte, y ya contaba con dos delanteros en cancha por los ingresos de Maggiolo y Janson, lograba ser más profundo. Eso preocupó al DT de Boca, quien dejó para los últimos minutos sus posibilidades de cambios. Faltando diez minutos decidió el ingreso de Somoza por Cristian Erbes para ver si así lograba recuperar la pelota, y con el ingreso de Lautaro Acosta por Martínez, quien se mostraba cansado y casi no generaba desequilibrio, buscó algo de sorpresa. Sobró vértigo y faltó claridad en la zona de definición, donde la pelota se pinchaba junto a las buenas intenciones.

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Estadio: Tigre.

Arbitro: Patricio Loustau.

Cambios: 70m, Maggiolo por Pérez García (T) y Janson por Leguizamón (T); 81m, Somoza por Erbes (B); 81m, Acosta por Martínez (B); 87m, Cisterna por G. Díaz (T); 90m, Erviti por R. Rodríguez (B).