“Gracias pueblo argentino, La Plata de pie”, fue el sentido mensaje hecho bandera que los futbolistas de Estudiantes portaron, previo al inicio del compromiso ante Godoy Cruz. Fue el momento más emotivo de un pálido encuentro que dejó poco y nada para el recuerdo. Bajo una cálida brisa de aplausos, el público local aprobó el agradecimiento del club (en representación de su ciudad) a la ayuda recibida tras el crudo temporal que azotó la tierra de las diagonales hace poco más de diez días, y que dejó a su rastro calles y casas inundadas, y más de cincuenta fallecidos.

Si bien el estadio Ciudad de La Plata no fue uno de los principales focos de la catástrofe, el agua también supo dejar su rastro. Es que aquella incesante lluvia rebalsó la fosa que rodea el terreno, e inundó los bancos de suplentes y el rectángulo de juego. Los tiempos del fútbol no dieron lugar al resembrado, por lo que el pasto lució seco, con un color amarillento, producto del agua acumulada tras la tormenta.

Mientras La Plata intenta ponerse de pie, tal como rezaba la pancarta, Estudiantes, por su parte, no pareció hacerlo desde lo futbolístico. Disputó un discreto partido y cosechó un nuevo empate, su cuarto en el torneo, que se le suman a cinco derrotas y ninguna victoria. Un total de cuatro unidades en nueve fechas. Pero lo que el dueño de casa demostró dentro del campo de juego fue tan pobre como lo de su rival, comandado por Martín Palermo.

El ex delantero recibió el cariño de todos los sectores del estadio. El hincha dejó atrás las críticas y los reproches para con el atacante cuando vestía los colores de Boca. El histórico artillero recibió mimos desde la cabecera visitante, ocupada por poco más de cien mendocinos, y desde el resto de las tribunas, donde los miles de platenses lo aplaudían de pie, mientras bramaban su apellido. Y el técnico respondió ese cariño con un mensaje claro: “Estoy agradecido por el recibimiento; algún día me gustaría dirigir a Estudiantes”.

Desde lo futbolístico, el local tan sólo contó con un arma, que resultó tan solitaria como ineficiente: los atrevidos y veloces arranques del colombiano Zapata, que sorprendía a la defensa con sus largas zancadas. Godoy Cruz estuvo lejos de parecerse a un conjunto que pretende pelear arriba en el campeonato. Con Ramírez apagado, abusó de los centros para un Obolo que nunca estuvo cerca del gol. Ningún equipo quiso asumir riesgos; el cero a cero, entonces, fue inevitable. Y le quedó estupendo a un compromiso que generó más bostezos que emociones. Con el punto, los mendocinos sumaron 16 unidades, y no lograron prenderse arriba. Distinto es el panorama de Estudiantes, que sigue último y aguarda con ansias el arribo de Pellegrino, que hoy asumirá como nuevo entrenador con un objetivo claro: rescatar a tiempo a un equipo castigado, y que quiere dejar atrás la tormenta para volver a sonreír.

Desde La Plata: Pablo Ribera.

Estadio: Ciudad de La Plata.

Arbitro: Pablo Díaz.

Cambios: 46m Núñez por Ré (E), 57m Auzqui por G. Fernández (E), 61m Ledesma por Castro (GC), 65m Castellani por Ramírez (GC); 74m Correa por Sequeyra (E), 77m Salinas por Obolo (GC).