Lun 04.11.2013
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FúTBOL › PéREZ MALOGRó SOBRE LA HORA UN PENAL QUE PUDO DARLE A BOCA UN EMPATE QUE NO MERECíA

San Lorenzo le ganó muy bien a un equipo Chiqui

Correa –que metió un golazo–, Torrico –que atajó un penal sobre la hora– y Mercier –que la rompió– fueron los ejes de la justa victoria de San Lorenzo, que escribió un nuevo capítulo de una historia de paternidad conocida. Boca mostró muy poco.

› Por Juan José Panno

Con Gago en la cancha, Boca jugó en este torneo 6 partidos de los cuales ganó 5 y empató 1.

Con Riquelme en la cancha, Boca jugó 9 encuentros, de los cuales ganó 5, empató 2 y perdió 2.

Con Gago y Riquelme, Boca jugó tres partidos y ganó los tres.

Sin Gago ni Riquelme, Boca había jugado hasta ayer sólo un encuentro: el 0-3 ante Olimpo en Bahía Blanca.

Ayer, Boca no tuvo al as de espadas ni al de bastos, y salió a la cancha con mentalidad de cuatro de copas. La actitud general del equipo, las demoras en los saques de arco y en los laterales llevaron a los hinchas de San Lorenzo a entonar, mientras promediaba el primer tiempo, un canto que también valía como síntesis de lo que estaba ocurriendo en el campo de juego: “Equipo chico, laralá, laralá”.

San Lorenzo fue claramente superior, por actitud, por juego y por situaciones de gol, en casi todo el desarrollo del encuentro, y pudo haber logrado una diferencia mayor que ese 1-0 final. Las distancias más marcadas entre el juego más asociado de uno y las limitaciones del otro se dieron en la primera media hora de juego y en el arranque del segundo tiempo, hasta la salida de Romagnoli.

En los primeros 25 minutos, para que quede más claro, San Lorenzo tuvo cuatro situaciones de gol muy claras, mientras que Boca no había pateado una sola vez al arco de Torrico. El buen manejo de Mercier, moviendo los hilos del medio, era la plataforma de lanzamiento para que la pelota anduviera seguido por los pies de Romagnoli y Piatti, y los rapiditos Villalba y Correa pusieran en permanentes aprietos a la línea de fondo visitante. Ledesma y Ribair Rodríguez se comían el loco en el medio, Sánchez Miño no aparecía y los delanteros quedaban demasiado aislados.

En las manos de Orion está la primera explicación –y la más importante– de por qué San Lorenzo no se fue al descanso con uno o dos goles en el bolsillo. El arquero le atajó un penal a Romagnoli, un cabezazo a Kannemann y un disparo cruzado envenenado a Correa. También tuvo como aliado a uno de los postes que devolvió un cabezazo de Kannemann. Frente a todas esas llegadas locales, los visitantes apenas podían exhibir como señal de vida un remate de Gigliotti desde el borde del área.

San Lorenzo, que había acusado el impacto del penal errado y en el último tramo del primer tiempo pareció un poco obnubilado, entró con todo en el segundo tiempo y logró su gol. Bien Piatti, mal Méndez (que había hecho un enroque con Erbes), mal el Cata Díaz y muy bien Correa acomodando la pelota con la derecha y clavándola en la red con un tremendo puntazo de zurda que casi le arranca la cabeza a Orion. Golazo.

Con el 0-1 en contra, Boca supo que el traje de equipo chico ya no le quedaba bien y empezó a entrar de a poco en la escena. Los mensajes de los técnicos –uno haciendo cambios ofensivos y el otro reforzando los seguros defensivos– hicieron que el partido cobrara otro color. Porque San Lorenzo, de contra, seguía amenazando y porque, con Riaño y Paredes en la cancha, la pelota le llegaba más seguido a Gigliotti. En una de las embestidas de ese Boca más activo se produjeron dos faltas encadenadas en el área local y Delfino cobró una. Penal. Lo pateó Pérez, que nunca había errado uno, no muy fuerte, no muy alto y Torrico voló muy bien hacia su derecha para poner las cosas en su lugar.

Boca no merecía el empate y, por sobre todas las cosas, no hubiese sido justo que a San Lorenzo se le escaparan los tres puntos.

Con este resultado, el cuadro de Pizzi depende de sí mismo y si le gana a Newell’s la semana que viene, alcanzará la punta. Boca, mientras tanto, seguirá dependiendo de algunas manos: las de Orion, las que den los rivales y las que vengan mejor barajadas, con más ases bravos y menos cuatro de copas.


Estadio: San Lorenzo.

Arbitro: Germán Delfino.

Gol: 47m Correa (SL).

Cambios: 55m, Riaño (5) por Sánchez Miño (B); 68m, Ortigoza por Romagnoli (SL); 69m, Paredes por R. Rodríguez (B); 74m, Ruiz por Villalba (SL); 81m Fontanini por Kalinski (SL).

Incidencias: 21m, Orion (B) detuvo un penal a Romagnoli (SL); 88m, Torrico (SL) atajó un penal a Pérez (B).

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