FúTBOL › NO HIZO UN BUEN PARTIDO, PERO CONSIGUIO UNA VICTORIA QUE FUE FESTEJADA
El equipo de Ramón Díaz derrotó por 1-0 al Argentinos de Caruso Lombardi, que apostó todo a la defensa y terminó dejando los puntos por un gol en contra de Vittor. Los hinchas millonarios aplaudieron el triunfo, que no se daba desde fines de septiembre.
River superó 1-0 a Argentinos gracias a un regalo del defensor Sergio Vittor, que convirtió en su propio arco, y tachó un compromiso menos antes de la esperada pretemporada de verano. “Dimos una muestra de que podemos, con actitud”, explicó el colombiano Teo Gutiérrez la inesperada victoria que festejó todo el público millonario. “Hacía mucho que no sumábamos de a tres puntos”, se desahogó el mediocampista Matías Kranevitter.
En la primera parte, River y Argentinos jugaron un partido malo. River jugó como si le costara terminar el torneo. Timoneado por el ya indispensable Matías Kranevitter, el juego del equipo millonario de tres cuartos de cancha para adelante fue una demostración de por qué convirtió sólo diez goles en lo que va del torneo. Perdido en un eterno fuera de juego, el colombiano Teófilo Gutiérrez se enredó con la pelota en la única jugada con una chance real de terminar en un gol para River. Cómodo con el empate, el equipo de Caruso Lombardi cedió la pelota al local y sólo inquietó al arquero Marcelo Barovero mediante una jugada desde un lateral, que culminó en un remate bajo y desviado de Enrique Triverio. El único remate al arco en el primer tiempo.
Recién al cuarto de hora del complemento, River mostró un cambio de actitud en ataque, cuando el ingresado Carlos Carbonero fabricó una pared con su compatriota Teo Gutiérrez para dejarlo de frente al arco, aunque su remate, acorde con lo que sucedió a lo largo de todo el torneo, se fue muy elevado. Cebado por las provocaciones del arquero ex Boca y San Lorenzo Pablo Migliore, que se frotaba el pecho para que lo vean desde la tribuna local, River continuó avanzando con impotencia y aunque carecía de las luces para generar otra chance de gol, el defensor Sergio Vittor terminó metiendo en su propio arco un centro de Carbonero que difícilmente hubiese entrado en el arco de Migliore de otra forma.
Sin el punto por el que había firmado, el equipo de La Paternal se adelantó en el campo y dejó a los delanteros de River los espacios suficientes para contragolpear con más profundidad. La buena sociedad en ataque de los colombianos Teo y Carbonero y las corridas sobre el final del ingresado Federico Andrada y de Manuel Lanzini dejaron otro sabor en la boca del hincha del equipo de Núñez, que se dio el gusto de aplaudir la victoria de su equipo, algo que casi había olvidado.
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