Lun 17.02.2014
libero

FúTBOL › PRIMERA DIVISIóN ARGENTINA EN FIFA 14

Hay que poner más dedo

En el juego de consolas que es furor en el mundo se puede simular el torneo argentino con un realismo asombroso. Además de jugar los partidos, las opciones permiten ser entrenador, manager y negociar el contrato de los futbolistas digitales.

› Por Luis Paz

El comienzo fue PCFútbol. En el ’96, la desarrolladora española Dinamic Multimedia lanzó la versión 4.0 de su juego de video de manejo de clubes y, además del original con la liga española, publicó una edición oficial memorable. PCFútbol 4.0 Apertura ‘96 fue el videojuego pionero en incluir la Primera División argentina, dando la posibilidad de manejar a River y Boca en la cancha pero también de convertirse en DT y presidente de esos o cualquier cuadro de Primera (Huracán de Corrientes o Deportivo Español, claro, también). Además, circularon cartuchos piratas del International Superstar

Soccer con equipos del fútbol argentino, pero se trataba de un entretenimiento limitado a los partidos; un fichín doméstico en 16 bits.

Con los años hubo más entregas de PCFútbol: se agregó la Primera B y la cuestión del manejo de clubes llegó a tal punto que se pudo poner precio al cono de papas fritas que se vendía en el estadio, elegir el sponsor de la camiseta o con cuánto premiar al equipo si ganaba la Intercontinental. Pero Dinamic cerró y en el cambio de siglo la Primera División argentina desapareció del mundo gamer. Hasta que fanáticos de

Winning Eleven y Pro Evolution Soccer empezaron a modificar esos juegos de PlayStation, y tras temporadas de trabajo hicieron común la circulación de versiones pirata con camisetas, nombres de equipos y jugadores, y hasta cantitos locales.

FIFA 14, que apareció en septiembre para computadoras y consolas, vino a obrar de revulsivo. Hace 21 años que la firma canadiense EA Sports da versiones anuales del que actualmente es el mejor videojuego de fútbol. Pero para un país en el que todos somos capitanes, teóricos de la pelota, técnicos, enganches, goleadores, barrabravas y atajapenales, y todo a la vez, la inclusión de nuestra Primera División es casi cuestión de Estado. FIFA 14 tiene el mejor simulador de fútbol habido (notablemente mejor que el Pro Evolution Soccer 2014, que también trae la liga argentina), pero le suma una reducida experiencia de management: hay renovación de contratos y elección de contrataciones, conferencias de prensa, hay premios y objetivos.

Aunque lo único fundamental son los 20 equipos del fútbol grande, con sus uniformes local y visitante, dos estadios (el Monumental y la Bombonera), relatos en castellano (no en argentino), y hasta Independiente. Y aunque no son idénticos, los avatares digitales asemejan a los jugadores de cada domingo mucho más que cualquier experiencia electrónica previa. Aunque el problema está en que los tres colombianos de River son indistinguibles.

De Newell’s, el mejor equipo virtual del fútbol argentino, a Quilmes, el menos favorecido, están todos. Verón, Teo, Riquelme y Maxi Rodríguez; Correa, Alvarez Balanta, Fideleff (¡con los mismos rizos!) y Telechea. Un Barovero firmísimo, un Sánchez Miño metedor y un Pratto prendido fuego. Con competencias regionales e intercontinentales y con la Copa del Mundo. FIFA 14 es un fenómeno mundial de ventas y fanatismo, al punto de que en Argentina también se realizan competencias como si se tratara de rondas preliminares, playoffs, finales y superclásicos de carne, hueso, bandera y vincha. Hay clanes de jugadores que alquilan casas y se concentran días antes de un torneo. Hay bares y sitios web que transmiten esos partidos. Hay una inconcebible afición por lo que ocurre en torno del videojuego.

Y es que es jodidamente bueno. Básicamente porque, a diferencia de lo que ocurre cada fin de semana, en el FIFA 14 nadie sale a empatar los partidos. En la cancha de LCD o LED, a nadie le sirve el punto. Se busca un triunfo con toda la combinatoria posible... entre cuatro botones y dos palancas. Entre gambetas sin sudor, definiciones milimétricas (calculadas en milímetros de palanca, más vale) y cambios por fatiga catódica, se dan partidos de un ida y vuelta permanente, incluso siendo tan difícil meter goles. La dinámica, cuando el tecnorreferí pita a través de los parlantes de la compu, es lo mejor habido en cuanto a táctica y uso de la técnica. Y hay un montón de otros trucos para hacer: provocar al técnico rival, dar atención al carrilero que se desgarró en un pique al vacío (de verdad, los monigotes encaran a toda velocidad cuando de repente... uy, le tiró), arreglar el contrato con Riquelme, procurar que algún delantero de River convierta hoy.

Cientos de pruebas posibles. Como agarrar a Olimpo, salir campeón, ganar la Libertadores. Como vender a todos los jugadores de Lanús, subir juveniles y comprar a Messi y a CR7. Como convocar a Tevez a la albiceleste o agarrar al último equipo de la Airtricity League de Irlanda, la peor del juego, y levantar la Orejona en la cara, cicatrizada y todo, de Ribéry (no, en FIFA 14 no se le pueden contratar prostitutas a él ni a Benzema).

¿Hechos? Para EA Sports, River y Newell’s tenían la mejor delantera (el juego arranca con el Inicial ’13, es decir, nada de Cavenaghi ni Banega). Barcelona y Alemania son el mejor equipo y la mejor selección. A Riquelme le pelea la pole position del mejor player argento el volante Pablo Pérez, actual Málaga; de todas maneras, Román, como Ledesma y Gago, se la pasa lesionado. La mejor defensa del fútbol local formaría con Mercado, Cata Díaz, Heinze y Papa. Con algo de habilidad de joystick, Furch puede ser un refuerzo goleador por menos 400 mil dólares. Todos los pelados del fútbol local son muy difíciles de diferenciar. Pero Fontanini y Puyol, en cambio, son bien distinguibles. Nicolás Cambiasso tiene una cabellera abundante. Y sí, Messi es el mejor.

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