FúTBOL › EN EL MONUMENTAL, LOGRó LA PRIMERA VICTORIA DEL CERTAMEN Y SE FUE APLAUDIDO
Los hinchas se entusiasmaron con el planteo que le imprimió el técnico Marcelo Gallardo, con el partidazo que jugó Kranevitter, con el gol de Teo Gutiérrez y con el golazo de Pisculichi. Central fue apenas la sombra de un equipo.
› Por Adrián De Benedictis
El reencuentro entre Marcelo Gallardo y el público de River tuvo matices inolvidables. El ex volante tenía el de-safío de ofrecer a los hinchas, en su primer día en el estadio Monumental, un fútbol convincente de ideas para que el idilio que tuvo como jugador también se mantenga ahora como entrenador. Los aplausos y el regocijo del final certificaron que el contacto que tuvieron ayer fue el ideal, y ahora el panorama para lo que sigue es muy alentador. La prueba era similar a la cita inicial entre una pareja, y los síntomas positivos invitan a pensar en un romance que se puede afirmar con el tiempo.
Lo que había ocurrido en La Plata no había sido lo mejor para el comienzo del campeonato, pero ante Central se vio un equipo diferente: con ambición, compromiso, orden y espíritu ofensivo. Los puntos que se le reclamaron incluso durante el certamen anterior, donde terminó logrando el título. Esos atributos provocaron que los rosarinos fracasaran en sus intentos de acercar peligro al área local.
La tendencia de River se vio con mayor claridad durante la primera etapa. La postura fue ubicarse en el campo adversario y volcar el desarrollo en los últimos metros de la cancha. Central se sintió asfixiado por su rival, y en ningún momento pudo tener el control de la iniciativa.
La movilidad de los volantes fue abrumadora. Sánchez y Rojas se desprendían por ambos laterales y generaban desequilibrio permanente. Pero todo eso era supervisado por la capacidad distributiva de Matías Kranevitter. El joven volante central exhibió un nivel muy alto, marcando los tiempos del juego, con precisión en sus habilitaciones y con el agregado de la intuición para quitarles la pelota a sus rivales en situaciones clave. Kranevitter ocupó el lugar de Ponzio, quien fue titular la semana anterior, y será muy difícil que vuelva a estar entre los suplentes.
Su desempeño les hizo recordar a muchos hinchas lo que mostró Javier Mascherano durante el Mundial de Brasil, pero además con un mejor control técnico de la pelota. El volante central marcaba cuándo debían subir los laterales, y sobre todo el izquierdo, Vangioni, fue el que tuvo gran protagonismo con sus incursiones en ataque. El ex Newell’s pasó al frente con frecuencia y también con facilidad ante la fragilidad rosarina.
Y Vangioni fue el protagonista principal en el primer gol de River, convertido por Gutiérrez. El defensor se desprendió por su sector, llegó hasta el fondo para lanzar la pelota al área y el colombiano apareció por atrás de todos para convertir.
Los delanteros extranjeros que estuvieron ayer, en lugar de la promesas que participaron en La Plata, también fueron importantes para que River mostrara otra cara en ese aspecto. A pesar de que tiene posibilidades de dejar el club por una posible venta, Gutiérrez puso en claro que posee condiciones distintas, y el club lo va a extrañar si es que se aleja a fin de mes. El oportunismo que tuvo ayer para tocar la pelota al lado del palo, fue otra de las cualidades que mantiene.
A Leonardo Pisculichi le toca ocupar la posición de enlace, a pesar de que no es su puesto natural; pero lo disimuló muy bien y fue criterioso para conducir los circuitos ofensivos. Además le agregó una definición brillante, enganchando dos veces dentro del área, para pegarle de derecha y dejar sin posibilidades a Caranta.
En aquellos instantes, cerca del desenlace del partido, Central se había adelantado un poco más, pero la seguridad de los defensores locales neutralizaba cualquier circunstancia rosarina. El equipo de Miguel Russo dejó la sensación de que tendrá que reconstruirse a sí mismo para no padecer en este certamen.
River mostró todo lo contrario. A pesar del desmantelamiento sufrido esta temporada, el nuevo conductor le imprime un perfil muy audaz que deja atrás todos los imponderables negativos.
Estadio: River.
Arbitro: Diego Abal.
Goles: 16m Gutiérrez (R); 79m Pisculichi (R).
Cambios: 29m Becker (5) por Medina (C), 46m Barrientos (5) por Domínguez (C), 77m Acuña por Niell (C) y Boyé por Mora (R), 85m Driussi por Pisculichi (R), 88m Ferreyra por Gutiérrez (R).
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