FúTBOL › TERCERA VICTORIA CONSECUTIVA DE CENTRAL SOBRE NEWELL’S
Cerca de 40 mil hinchas deliraron en Arroyito con un nuevo triunfo del equipo de Russo sobre el del Parque Independencia. El ganador se dedicó a defenderse, marcó con un cabezazo de Niell y un zurdazo de Domínguez, y se fue ovacionado.
Desde Rosario
En general lo que se canta en las tribunas son expresiones excesivas. Tanto cuando se celebra e idolatra a un jugador, como cuando se pide por la renuncia de todos por una derrota. Por eso llamó la atención lo de ayer en el Gigante de Arroyito, con hinchas de Central saltando de alegría por más de un hora al ver cómo su equipo otra vez le mostraba la pelota a Newell’s, no lo dejaba jugar, le marcaba goles y lo llevaba al rival a terminar con nueve jugadores en la cancha. Fue el tercer triunfo consecutivo en un clásico, otra vez con trámite y resultado inobjetables, y los 40 mil hinchas se unieron en un festejo donde a Newell’s le quedó reservado el lugar de “hijo”, y no pareció una exageración.
Los dos últimos clásicos ganados por Central fueron mucha responsabilidad para Newell’s. Porque los visitantes jugaron atados por los nervios (López fue amonestado al minuto de juego por fuerte infracción), imposibilitados de intentar jugar con la pelota para propiciar el talento de Maxi Rodríguez y Scocco, y redujo sus avances a centros repetidos al área de Caranta, donde nunca ganó un jugador rojinegro.
Sin urgencias, Central repitió la fórmula del clásico que ganó el año pasado en el Gigante: todos a defender para ver cómo se equivoca Newell’s y atacar justo allí, con pelota recuperada, tomando mal parado a todo el equipo. Entonces se armó un partido donde Newell’s intentaba avanzar ante un rival bien parado, mientras que Central atacaba cada vez que el rival se había desarmado.
El partido era malo, sin emociones, con temores manifiestos de Newell’s y limitaciones evidentes de Central, las mismas que lo privan de pelear el campeonato. Pero el equipo canaya había advertido al minuto de juego con una corrida de Niell y luego con un toque del delantero a Abreu, derribado antes de pisar el área por Fernández. En 20 minutos, la visita tenía dos amonestados.
Y la tercera pelota peligrosa fue gol: Abreu abrió para Ferrari y lanzó un centro bajo para Niell, quien –ya lesionado– le sacó dos metros de ventaja a Fernández y cabeceó al segundo palo, dejando parado a Ustari.
La historia se repetía: con poco fútbol, Central sacaba ventaja. Y desde el momento en que sacó diferencia, no hubo dudas de que el clásico estaba definido en Rosario. Porque la reacción de Newell’s fue apenas una gran jugada de Scocco que terminó con derechazo cruzado en el palo, y nada más. De hecho no habrá una sola jugada donde Caranta les pueda dar alguna alegría a sus hinchas.
Central le dará el golpe de gracia a un Newell’s sin ideas, agobiado por la angustia, con un zurdazo de Domínguez al tomar la pelota fuera del área en un rechazo de Ustari, quien tuvo complicidad viendo pasar el balón a su lado.
El segundo tiempo se jugó para ver cuánto más se burlaría el auriazul de los rojinegros. Hubo momentos de toque para la tribuna y muchas ocasiones para llegar al tercer tanto. Pero Valencia falló en todas y no fue suficiente la impotencia de Newell’s, que primero perdió a Scocco por insultar al juez de línea y en el final se fue Leandro Figueroa por una patada a Barrientos.
Por entonces la tribuna cantaba “hijos nuestros”. Y estuvo bien justificado.
Estadio: Central.
Arbitro: Patricio Loustau.
Goles: 28m Niell (C); 36m Domínguez (C).
Cambios: 31m Valencia por Niell (C), 51m Figueroa (4) por C. Díaz y Fydriszewski por Tévez (N), 58m Barrientos por Abreu (C), 69m Aguirre por Becker (C), 84m L. Figueroa por Villalba (N).
Incidencias: 74m expulsado Scocco (N); 90m expulsado Figueroa (N).
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