FúTBOL › GIOVANNI SIMEONE, EL QUE REVENTó LAS REDES DEL SUDAMERICANO SUB-20
Figura destacada del equipo de Humberto Grondona, el chico de 19 años sueña con jugar la Champions League, idealmente junto a su padre Diego en el Atlético Madrid. Pero el futuro inmediato impone pelear la titularidad en River.
“No tenía otra cosa en la cabeza que ser el goleador”, reconoció Giovanni Simeone respecto de su objetivo personal en el Sudamericano Sub-20 Uruguay 2015, del que anoche fue campeón con la Argentina. Sin renegar de su célebre apellido, el atacante sueña con ganar la Champions League, quizá con la camiseta del Atlético de Madrid, el cuadro que dirige su padre.
“Yo sabía que tenía que estar acá, tenía que estar acá y ser el goleador. No tenía otra cosa en la cabeza que ser el goleador, ser el mejor y salir campeón”, dijo el atacante de River, que con sus goles le pone presión al entrenador Marcelo Gallardo para que lo tenga en cuenta como titular en el equipo de Núñez.
Simeone finalizó el Sudamericano Sub-20 como el máximo con nueve tantos, cinco más que sus perseguidores, y quedó a dos de alcanzar al goleador histórico de los Juventud de América, el colombiano Hugo Rodallega (11 goles en la edición de Colombia 2005).
Los goles de Simeone fueron dos en la goleada sobre Ecuador (5-2), otros dos ante Perú (6-2) y nuevamente un doblete contra Bolivia (3-0). Ya en el hexagonal final convirtió uno ante Perú (2-0) y otros dos sobre Paraguay (3-0). “Todos los goles fueron importantes y no hubo uno que me haya gustado más que otro. Sí me hubiese gustado uno que me anularon de mitad de cancha (ante Paraguay), ni yo lo podía creer”, reveló.
Con la frescura de sus 19 años en la sonrisa, pero con el aplomo y la claridad para abordar a la prensa digna de un veterano del fútbol, Gio se reconoce como “un delantero de área” con la habilidad para colocarse en el lugar y el momento justos.
“Cuando Angel Correa tira un centro, yo sé que tengo que estar en el lugar y él sabe que yo voy a estar ahí”, asegura el jugador sobre el accionar de la explosiva dupla ofensiva que brilló en el equipo de Humberto Grondona.
Con sus nueve goles en el torneo, el chico Simeone igualó la marca que Luciano Galletti estableció en 1999 para convertirse en máximo goleador argentino en un Sudamericano. Hace 15 años, el Huesito le convertía uno a Venezuela, Ecuador, Brasil y Paraguay, y dos a Chile, Perú y Ecuador. Entonces también la Argentina fue campeón y el ex jugador de Estudiantes convirtió el único gol de la final. Simeone, por su parte, marcó por dos ante Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay, y nuevamente ante Perú aunque con uno, completó sus nueve. En la final, sin embargo, no pudo convertir, pero alcanzó la línea máxima con la que se gana un lugar en la historia.
“Hay veces que los delanteros se quedan y piensan nada más en atacar y hacer goles, pero yo trato de defender. A veces sé que corro de más, pero nace de mí, de adentro”, reconoce el jugador. Sin renegar del peso de su apellido, Simeone considera a su papá “un plus que tengo y eso me ayuda como también a veces me puede perjudicar cuando hago algo mal, siempre va a salir el doble de mal”.
Muestra con orgullo un tatuaje en su brazo en alusión a la Champions League, su torneo soñado. Y es que el atacante proyecta su carrera. “El primer paso es llegar a Europa”, y otro objetivo a futuro es “la Champions, es uno seguro, no tengo otra cosa en la cabeza que eso; y después el Mundial, eso sería un extra, lo máximo de lo máximo, llegar al Mundial y ganar”, son los sueños del delantero.
La oportunidad de llegar a Europa puede llegar para jugar “en cualquier club. El Atlético es un plus por todo lo que le dio a mi papá y aparte es la roja y blanca, en la roja y blanca con River me ha ido bien y ojalá algún día me toque con el Atlético”, concluyó.
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