Lun 21.05.2007
libero

CONTRATAPA › LE CORTO LA RACHA A RAFAEL NADAL

FEDERER PUSO EL RANKING EN SU LUGAR

En la final del Masters Series de Hamburgo lo venció 4-6, 6-2, 6-0 y se recategorizó como favorito para quedarse con el próximo Abierto de Francia en Roland Garros, el único Grand Slam que le falta ganar.

El agotamiento propio y los deseos de venganza de Roger Federer se unieron para acabar con la racha de victorias de Rafael Nadal, en la final del Masters Series de Hamburgo, donde el doble campeón de Roland Garros finalizó su racha de partidos invicto sobre polvo de ladrillo. Las 81 victorias seguidas de Nadal sobre esa superficie han tenido un desenlace casi previsto tras echar un vistazo al último tramo recorrido por Nadal, con presencia seguida en las tres finales de los torneos más importantes europeos después de Roland Garros.

Llegar a Roland Garros inmaculado en polvo desde abril del 2005, ganando 14 finales en esta superficie (contando Hamburgo) hubiera sido para el de Manacor un reto más mental que estadístico, y desde luego físico. Y al final así fue, porque acabar en la final alemana supuso igual desgaste para el jugador español, que este año sí decidió acudir al torneo hamburgués.

Pocos le habrían reprochado a Nadal que tras ganar las finales de Montecarlo y Roma finalmente no hubiera acudido a la cita alemana, pero aun así el español aceptó el compromiso (Federer también jugó los tres aunque cayó en los octavos de Roma) y el desgaste físico y mental le pasaron factura.

Poco para enfrentarse contra un Federer algo más fresco, rabioso por sus últimos malos resultados en polvo de ladrillo, máxime cuando el suizo venía de pasar por lo que él mismo calificó como “una semana de locura” cuando hace tan sólo unos diez días cayó en los octavos de final de Roma ante el italiano Filippo Volandri (53 del mundo) y rompió con su entrenador, el australiano Tony Roche.

Para Nadal ha sido demasiado estas tres últimas semanas. En Montecarlo ganó con soltura, en Roma ya se sintió cansado y en la épica semifinal contra el ruso Nikolai Davydenko su cara ya reflejaba el agotamiento. Pudo ganar luego con rotundidad al chileno Fernando González, y eso le dio fuerzas para seguir adelante con Hamburgo, donde de vencer se hubiera convertido en el primer tenista en ganar los tres Masters Series de polvo de ladrillo.

Dos gestos marcaron el torneo alemán en sus dos últimas jornadas. El de Nadal el sábado al finalizar su partido de semifinales contra el australiano Lleyton Hewitt cuando arrojó su raqueta al banco, nada más ganar el último punto, hastiado de tanto tenis, y el de Federer, ayer, al lograr su objetivo y derrotar por fin al español.

La acción de Federer fue más que expresiva. Su alegría por el triunfo reflejaba más que felicidad por cortar la racha de Nadal, el final de un largo camino, en el que a veces se ha sentido humillado por el español. El 6-0 del último set, que Nadal no recibía desde el primer set de la final de Wimbledon del año pasado, precisamente ante Federer, fue quizás algo injusto, pero el mismo Rafa admitió después que había perdido la mayor parte de su fuerza y que estaba cansado mentalmente.

El pago por jugar este año en Hamburgo puede resultar caro para el doble vencedor de Roland Garros, aunque también le libera del compromiso de seguir ganando a costa de lo que fuera, y en París puede iniciar un nuevo ciclo. “Ahora tengo que empezar una nueva racha”, dijo el español en tono irónico.

Para Federer sí supuso un alivio y un esperanzador resultado. “Fue una increíble actuación por mi parte. Tuve un día formidable y es muy agradable jugar bien de nuevo. Además es mi primer título en polvo de ladrillo en un par de años”, señaló.

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