CONTRATAPA › HURACáN IMPUSO SU FúTBOL Y UNA IDEA DE JUEGO MáS ALLá DE LOS RESULTADOS
› Por Juan José Panno
No es verdad que la historia sólo la escriben los que ganan, ni que el que se impone siempre es el mejor ni ninguno de esos lugares comunes que suelen llenarles la boca a los resultadistas; a los abanderados del “saque si quiere ganar” ni a los que reniegan de la belleza.
Huracán fue uno de los tres mejores equipos del campeonato (y si a uno lo apuran, dirá que fue el mejor de los tres) y trajo de la mano de Angel Cappa una saludable corriente de aire fresco para ventilar la mediocridad general. No salió campeón, pero –como la Holanda del ’74 a nivel universal– se ha ganado un lugar de privilegio en la historia del fútbol nacional. No salió campeón, pero de aquí en más todo el mundo asociará con el buen juego el recuerdo de este equipo fantástico...
Holanda del ’74, que era el favorito y el preferido de los amantes de aquello que se llamaba fútbol total, perdió –como se sabe– la final del Mundial contra Alemania Federal. En la primera fase le había ganado a Uruguay 2-0, a Bulgaria 4-1 y había empatado con Suecia 0-0. En la segunda fase bajó a Argentina 4-0, a Brasil 2-0 y a Alemania Oriental 2-0. Casi todas sus actuaciones habían sido deslumbrantes. Era un equipo lleno de fantasía, que derrumbaba a sus adversarios con jugadores sin posiciones fijas que manejaban la pelota con maestría. En el último partido frente a los duros alemanes empezaron ganando con un penal después de una serie de toques que partieron desde el puntapié inicial, pero después no pudieron imponer su juego antes los durísimos dueños de casa. Perdieron 2-1, pero los nombres de Cruyff, Neeskens, Van Hanegem, Krol, Rep y Rensenbrink quedaron grabados en la memoria colectiva más que los de los alemanes campeones.
Salvadas las distancias de jerarquías futbolísticas (la Naranja Mecánica está entre los mejores equipos de la historia del fútbol mundial; Huracán tiene un peso infinitamente menor), otra diferencia notable es que los holandeses perdieron en buena ley; no hubo fallos polémicos ni goles mal anulados por offside ni faltas para la eterna discusión.
Algo parecido a lo de Holanda ocurrió en Suiza, en el Mundial de 1954, con Hungría también campeón sin corona. En la zona de clasificación, los magyares habían logrado en dos partidos 17 goles y habían recibido tres; luego vencieron sucesivamente a Brasil (4-2), a Uruguay (4-2) y en la final cayeron 3-2 ante Alemania. Ese mismo equipo al que había vencido 8-3 en la primera fase, lo derrotó en la final con algunos fallos que todavía se discuten. En taringa.net/pots/deportes se pueden ver algunas interesantes imágenes de aquel equipo.
El Huracán de Cappa también acerca el recuerdo de una de las delanteras más emblemáticas del fútbol argentino: Micheli, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz. Cualquier hincha de Independiente interesado en la historia del fútbol podrá recitar de memoria esa delantera, del mismo modo que los de River mencionan a Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, o los de San Lorenzo a Imbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva. Con Rodolfo Micheli, Carlos Cecconato, Carlos Lacasia (y luego Ricardo Bonelli) Ernesto Grillo y Osvaldo Cruz se produjo un hecho muy especial. Los cinco fueron convocados por el técnico Guillermo Stábile para enfrentar en el ’53 a Inglaterra y a España. En el partido contra los ingleses, que terminó 3-1, Grillo hizo dos goles, uno de ellos considerado histórico por la posición sesgada. A España le ganaron 1-0. Los cinco originales habían aparecido juntos por primera vez en la primera fecha de 1952. Según contó el querido Pedro Uzquiza, en una nota publicada en Clarín en 2002, el funcionamiento de la delantera tenía “todas las variantes posibles: el juego corto en la mitad de la cancha, la llegada colectiva por el medio, los piques de Micheli y Cruz, y la gambeta endiablada de Grillo. Con Lacasia como delantero jugaron 27 partidos para Independiente y marcaron un promedio de 2 goles por partido: con Bonelli jugaron 50 encuentros y señalaron 104 tantos, superando el promedio anterior. Eran fenomenales, los iban a ver los hinchas de otros cuadros, pero nunca salieron campeones, por esas cosas del fútbol, porque los dirigentes no estaban a la altura y porque River tenía un equipo fenomenal en esos tiempos”.
Micheli, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz increíblemente no fueron campeones. Holanda del ’74 y Hungría del ’54, tampoco. Al Huracán de Cappa, Bolatti, Defederico y Pastore les queda una chance en el segundo semestre del año, si es que no se desarma el equipo. Mientras tanto, con la bronca del caso por la final perdida, se acomoda en el lugarcito que le reservará, pase lo que pase, la historia del fútbol argentino.
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