Ni la derrota consumada el sábado trajo paz al campamento argentino en Lyon. Si bien David Nalbandian intentó bajar el tono a sus declaraciones del viernes y calificó como “perfecta” la relación en el equipo, el capitán, Modesto Vázquez, dejó en claro que las actitudes del cordobés durante el fin de semana no le gustaron nada. Para completar el combo, el jugador ni siquiera se quedó con el resto del grupo y optó por adelantar su regreso al país. Desde la Asociación Argentina de Tenis (AAT), a través de su presidente, Arturo Grimaldi, respaldaron la gestión del capitán.

Luego de la final perdida en Mar del Plata ante España en 2008, la imagen de Nalbandian se había desdibujado por actitudes egoístas con sus compañeros, sobre todo con Juan Martín del Potro, por lo que en su regreso al equipo este año estuvo todo calculado: con su notable capacidad se vistió de héroe en las series ante Suecia y ante Rusia, para llegar a una instancia inesperada, en uno de los peores años de los tenistas argentinos en el circuito y con Del Potro lesionado. Así recompuso su figura y volvió a convertirse en el líder indiscutido del equipo, que otra vez buscaba una final del esquivo torneo. Pero el fin de semana en Lyon dejó más secuelas que el 0-5 ante Francia, que se consumó con las caídas de Eduardo Schwank 7-6, 6-7, 7-6 con Gilles Simon y de Horacio Zeballos 7-5, 6-1 con Arnaud Clement.

Todo nació el viernes, cuando Nalbandian cuestionó la autoridad de Vázquez al asegurar que no se había animado a hacer los cambios necesarios para que el cordobés pudiera enfrentar a Michael Llodra, el segundo singlista francés. Ayer, minutos antes de tomarse el avión de regreso, mientras sus compañeros seguían disputando la serie, el cordobés buscó atenuar el ruido de sus palabras en una entrevista con TyC Sports. “El problema lo generó la prensa por una respuesta mal interpretada, la cortaron. Está todo perfecto”, remarcó el tenista argentino mejor ubicado en el ranking mundial. “Había que tomar decisiones y las toma el capitán. El miércoles nos dijo que no quería arriesgarse, es una decisión válida. Está todo bien con Tito y los jugadores. Esta serie fue la que mejor se preparó”, explicó Nalbandian con relación a la decisión de Vázquez, que optó por colocar a Juan Mónaco como primer singlista, lo que automáticamente determinaba que el cordobés fuese el dos y tuviere que medirse el viernes con Gael Monfils.

Sobre el desarrollo de la serie, Nalbandian fue claro al no poner excusas y admitir la superioridad francesa. “No tuvimos un buen fin de semana. Fueron parejos todos los puntos, pero siempre se terminaron volcando para ellos. Las derrotas no nos gustan y habrá que esperar otro año más”, reconoció el unquillense.

Claro que el discurso contemporizador que pretendió bajar Nalbandian no encontró eco en el capitán, que en el balance de la serie expresó su fastidio por lo vivido durante el fin de semana. “Quería hablar con Nalbandian, pero se tomó un avión. Es una cuenta pendiente que voy a saldar en Buenos Aires. No sé por qué se fue. En un momento se levantó, le pidió permiso a alguien y se fue”, señaló Vázquez en su charla con los periodistas argentinos. “Hay actos que valen más que mil palabras y sobre eso habrá que hablar”, disparó.

Visiblemente molesto, el capitán se enojó aún más cuando lo consultaron por un supuesto cabaret por las declaraciones contradictorias. “¿El cabaret? Yo no sé cuál es. Eso lo inventan ustedes”, les dijo a los periodistas. Sin embargo, inmediatamente buscó otro destinatario de su enojo: “Yo no escuché nada, estaba metido en los partidos. Si lo dijo David Nalbandian, el cabaret viene por el lado de David Nalbandian”.

Pero la bronca de Vázquez no se quedó en las actitudes del cordobés. También le apuntó a su liderazgo. “Si para ganar la Davis le tenés que ganar a Monfils, lo hacés un lunes, un miércoles, un viernes o cuando sea. Para ser líder de algo, lo mínimo que necesitás es una gran capacidad de humildad. Es simple, no es complicado”, disparó Tito, que puso al número uno del mundo, el español Rafael Nadal, como modelo a seguir para formar un conjunto. “Mi ejemplo para los chicos es Nadal, que dice: ‘¿Por qué me tengo que sentir superior? ¿Por jugar un poquito mejor a esto?’”, destacó Vázquez, que recibió el apoyo de Grimaldi.

“El contrato de Tito es por dos años, se acordó este verano, así que resta un año más. Nosotros estamos muy contentos con su trabajo, con lo que brindaron los jugadores dentro de la cancha. Lo que no hay que hacer son declaraciones en caliente después de perder un partido”, indicó el presidente de la AAT, que no quiso hacer referencias a las declaraciones de Nalbandian: “Siempre es mejor esperar un tiempito para hablar. Pero es preferible que, como presidente de la Asociación, no me meta en la intimidad del equipo”. Habrá que ver si con todo lo que se dijo este fin de semana el equipo seguirá teniendo esa intimidad que pretende el dirigente.