Lun 18.02.2013
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CONTRATAPA › A PROPóSITO DEL CASO DE OSCAR PISTORIUS

La pipa del escándalo

› Por Daniel García Marco

Peleas de perros, mentiras, doping, escándalos sexuales y ahora una acusación de asesinato: la marca deportiva Nike ha visto caer en los últimos años a algunos de sus héroes, repentinamente convertidos en humanos. Difícilmente sus ventas se vean afectadas ni deje de ser una de las 30 marcas más poderosas del mundo, pero Nike se está especializando en gestionar crisis por culpa de los escándalos de sus estrellas. La última, el atleta sudafricano Oscar Pistorius.

“Ofrecemos nuestras condolencias a las familias afectadas por este trágico incidente”, comunicó Nike tras conocer el jueves la detención de Pistorius, el héroe paralímpico y olímpico que estrechó los límites entre lo imposible y lo posible y que ahora debe responder en Sudáfrica ante la acusación de haber asesinado a su novia.

La firma estadounidense basada en Beaverton, Oregon, ya retiró los anuncios del atleta en Sudáfrica, así como el de la página web del corredor que decía “Soy la bala en la recámara”.

Pese a que no hay sentencia, la marca ya marcó distancia con Blade Runner, del mismo modo que lo hizo el año pasado con el ex ciclista Lance Armstrong una vez demostrado que mintió durante su carrera y que se dopó para ganar sus siete Tours de France.

Nike se alejó de Armstrong como ya lo hizo en 2007 de Marion Jones, que al igual que el ciclista se convirtió en la mejor atleta femenina de la historia con la ayuda de sustancias prohibidas. Para cuando la velocista confesó entre lágrimas y pasó por la cárcel por un delito de perjurio, Nike ya no tenía nada que ver con ella.

También estuvo en prisión en 2007 la estrella del fútbol americano Michael Vick por el peculiar escándalo de organizar peleas de perros. En 2009, la firma se enfrenta a otro reto: su chico de oro, el golfista Tiger Woods, el primer genio negro del green, el joven atractivo que tumbó barreras raciales, se desmoronó. Un accidente destapó un escándalo que terminó con el golfista admitiendo sus múltiples aventuras extramatrimoniales.

En ese caso, Nike no rompió con Woods, sino que usó el escándalo como forma de vender redención. “Cuando haya terminado su carrera, estas revelaciones se considerarán una anécdota”, dijo entonces el jefe y fundador de Nike, Phil Knight.

Poco después, la marca emitió un anuncio con una imagen de Woods en blanco y negro y la voz de su fallecido padre que le preguntaba si había aprendido de los errores.

Y en 2011 Joe Paterno, el mítico entrenador de fútbol americano de la Universidad de Penn State, fue despedido por la escuela después de que una investigación policial concluyera que escondió el abuso de menores cometido por su asistente Jerry Sandusky.

Todos ellos eran o son imagen de una marca que tiene un presupuesto anual para marketing de 2700 millones de dólares, con los que además de generar unos 4000 millones, un 15 por ciento de sus ingresos de 24.000 millones, según los datos de The Wall Street Journal, ha conseguido una gran influencia cultural.

Los casos anteriores a Pistorius no afectaron los números de la firma, que duplicó sus ingresos en los diez últimos años. “Los deportistas son humanos y cometen errores, pero aún pensamos que inspiran a la gente”, dijo la portavoz de Nike Mary Remuzzi, según el periódico. Nada podía o puede inspirar más que el relato de Pistorius, el hombre sin piernas de rodilla para abajo que redefinió el concepto de discapacidad.

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