Lun 15.07.2013
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CONTRATAPA › LECTURA PARA ESTAS VACACIONES DE INVIERNO SIN FúTBOL

Fútbol de la A a la Z

La Editorial Colihue publicó el Diccionario Fóbal Club, que escribió Juan José Panno e ilustró Eduardo Maicas. Se trata de un collage que combina, como se plantea en la portada, “curiosidades, anécdotas, datos históricos, recuerdos, estadísticas, perfiles y reflexiones en clave de humor”. Aquí, una pequeña muestra del contenido.

AFA. Madre del fútbol argentino que se ha afanado por lograr una entidad rica y clubes pobres.

AGUAMAR. Impermeable cuyo uso efectivo no consta en ningún registro, pero que dejó su sello en el fútbol. A cualquier persona que haya cortado la cinta del medio siglo le caerá un aguacero de nostalgias con la sola mención de la marca. “Si su piloto no es Aguamar, no es impermeable, le puedo asegurar”, arrancaba el jingle que, hacia mediados del siglo XX, podía escucharse los domingos a la tarde por los altavoces de todos los estadios, junto con las publicidades de Casa Muñoz, “donde un peso vale dos” y de la Proveeduría Deportiva, que tenía “de todo, todo para el deporte”.

BABERO. Dibujo en la camiseta de Argentinos Juniors en los ’60, El Babero lo llevaban ellos, pero la baba se les caía a los que los veían jugar.

BENEDETTI. Mario (1920, 2009). Prolífico poeta, cuentista y novelista uruguayo. Autor de más de 80 libros entre los que se cuentan los notables Gracias por el fuego, La tregua y El cumpleaños de Juan Angel. Autor también de esta frase memorable: “Aquel gol que les hizo Maradona a los ingleses, con la ayuda de la mano divina, es por ahora la única prueba fiable de la existencia de Dios”.

CAPOTE. Nada que ver con Truman, pero autor de goles de novela. Vicente de la Mata se ganó el apodo en un gol que hizo en la cancha de River en 1939 en el que eludió a medio equipo rival con fintas de torero, antes de mandar la pelota a la red, a sangre fría. De la Mata era parte de una delantera de Independiente que integraban Maril, él, Erico, Sastre y Zorrilla. Convirtieron 218 goles en 66 partidos, un promedio de 3,3, algo así como un gol cada 27 minutos.

CRACK. Sonido onomatopéyico que indica que algo se rompió en el molde de los futbolistas convencionales y apareció uno distinto, genial. Un Maradona, un Messi, un Rubén Paz, un Pelé, un Zidane, un Platini, un Riquelme, un Bochini, un Iniesta, uno de ésos.

ENHIESTA. Levantada, derecha, parada. Verlo jugar a Iniesta produce milagros en personas ancianas y ni que hablar en los jóvenes.

EQUIPO CORTO. Conjunto en el que se unen muy bien las líneas de modo que la defensa queda cerca del mediocampo y el mediocampo cerca de la delantera. Otro equipo corto es uno que podría formar así: Gay; Meo, Sa, Re; Gil, Pla, Paz, Diz; Mur, Poy, Ali. El DT sería Tim y el jefe de prensa Apo. Los comentarios de sus partidos se publicarían en Olé y Pif Paf.

FELICIDAD. Estado de ánimo al que se puede llegar de diferentes maneras. Por ejemplo esta a la que recurrió la teóloga alemana Dorotee Solle cuando le preguntaron cómo le explicaría la felicidad a un niño. “No se lo explicaría, pero le daría una pelota para jugar”, dijo.

GELSENKIRCHEN. Fría, chata, lúgubre e insípida ciudad alemana de nombre largo en la que Holanda le ganó por 4 a 0 a Argentina en el Mundial de 1974, propinándole un peludo inolvidable. También aplicable a la caliente, luminosa y colorida ciudad alemana de nombre largo en la que Argentina le ganó por 6 a 0 a Serbia y Montenegro en un partido correspondiente al Mundial 2006.

IMPORTANTE. Dícese de cualquier encuentro de fútbol, así se trate de una semifinal de un Mundial, la final de la Copa Libertadores, un partido por la permanencia en primera entre dos equipos grandes o un amistoso entre el Galatasaray de Turquía y la Real Sociedad de San Sebastián por la Concha de Plata. Importante nunca debe tener cerca signos de interrogación, tal como lo formulan algunas novias y esposas cuando preguntan absurdamente: “¿Y ese partido que estás viendo es importante?”.

LITERATURA DE LA PELOTA. Fenomenal libro de Roberto Santoro, escritor, poeta y periodista, secuestrado en 1977 por las Fuerzas Armadas y desde entonces desaparecido. Su obra fue publicada en la década del ’70 con un sello propio y reeditada hace unos pocos años por la editorial Lea. Santoro, el pionero en recopilar textos de fútbol, juntó en el mismo equipo a Julián Centeya, Leopoldo Marechal, Alvaro Yunque, Horacio Quiroga, Carlos de la Púa, Ernesto Sabato, Baldomero Fernández Moreno y otros escritores, periodistas, y reunió en un apéndice los cantitos de todas las hinchadas.

PASE. Término de uso múltiple. Fundamento de vida y modus operandi de Messi, Xavi, Iniesta y demás jugadores del Barcelona; de los representantes de futbolistas y de ciertos dirigentes.

QUINTETO. Línea delantera que no es tal si no se puede recitar de memoria. Ejemplos para todos los gustos en Estudiantes de La Plata: Lauri, Scoppeli, Zozaya, Ferreyra y Guaita; en River: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau; en Independiente: Maril, De la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla; en San Lorenzo: Imbellone, Farro, Pontoni, Martino y Silva; en Racing: Salvini, Méndez, Bravo, Simes y Sued; en Boca Juniors: Boyé, Corcuera, Sarlanga, Gandulla y Emeal. Y la más curiosa, una que aprendimos musicalmente en los actos escolares por Sarmiento: Lafa, Tiga, Tudes, Canso y Calma.

TOMA. Primera persona del modo imperativo del verbo dar; sí, dar. Se trata de una singular y efectiva manera de pedir que un compañero le pase a uno la pelota. En vez de decir “dame” que es lo que se supone normal, se dice “tomá”. La explicación es muy sencilla y responde a un código del fútbol de potrero. Se dice “tomá” como un adelanto de la próxima jugada que consistirá en devolver la pelota a aquel que se la pasó. Vale decir que, como en el ajedrez, se anticipa con un movimiento el siguiente.

YIYO. Arangio. Pintoresco relator de fútbol argentino que tenía la particularidad de que era tartamudo, pero superaba el problema frente al micrófono en los relatos de los partidos.

ZONCERA. Tontería. Dicho, hecho u objeto de poco o ningún valor. Por ejemplo, estas frases que son repetidas como verdades incontrastables:

“Dos a cero es el peor resultado” (ninguna estadística respalda esta afirmación); “Ganar no es lo importante, es lo único”; “Que el fútbol que le gusta a la gente lo jueguen los contrarios”; “A veces conviene que la pelota la tengan los rivales”; “Once Giuntas les ganan a once Maradonas”; “El segundo es el primero de los fracasados”.

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