A nadie podía llamarle la atención. No ya porque la carrera de Río Gallegos se pusiera en marcha con el campeonato virtualmente definido sino porque hubo diferencias a lo largo de la segunda mitad del campeonato de TC que inclinaron la balanza hacia Juan Manuel Silva, consagrado desde ayer con el manto que alguna vez ungió a Juan y Oscar Gálvez, a Juan Manuel Fangio o Dante Emiliozzi, a Oscar Castellano y Roberto Mouras, al mismo Flaco Juan María Traverso, que no hace mucho decidió que no iba a correr esta última carrera ni muchas otras...
Silva no perdonó. Su campaña puede quedar afeada por el pálido resultado de esta carrera (noveno en clasificación, cuando venía largando entre los cinco primeros), cuarto en la serie (cuando había ganado siete), décimo en la final (después de una sucesión de podios que terminaron de encumbrarlo del invierno en adelante), pero los resultados avalan la justicia de su conquista, de la que asume una responsabilidad importantísima el ingeniero Guillermo Kissling, director deportivo de una escuadra, el JP Racing, que empezó hace tres años en un depósito de harina.
A diferencia de Silva, Rafael Verna, su contricante, siempre se rindió antes de tiempo, pero fueron las circunstancias las que mantuvieron en respiración artificial sus posibilidades de quedarse con el título máximo:
- En la primera carrera del año, en Mar de Ajó, estaba a punto de quebrarse ante la presión de Norberto Fontana cuando el motor del Dodge que ayer terminó tercero se rompió.
- En la antepenúltima, en La Plata, estuvo cerca de ceder al asedio de Guillermo Ortelli (que en Río Gallegos acabó segundo tras una hermosa persecución al ganador Omar Martínez) cuando el piloto de Salto decidió tomarse un aliento.
Ayer, después de la tercera serie, cuando su única alternativa era ganar largando desde la 21ª posición y esperar que Silva no entrara entre los 30 primeros (cuando corrían 46), se rindió públicamente. “Seamos realistas”, admitió. En la primera vuelta se mandó un trompo por no tocar a un rival. Un gran deportista que falló en la etapa decisiva.
En este automovilismo en el que hace tiempo que dejaron de correrse carreras por la pasión de ganarlas para poner la dedicación en el ábaco del campeonato, en la suma y siga, lo de Silva es impecable. Aunque el torneo haya sido de los más pálidos de los últimos tiempos.
El chaqueño tiene ante sí un desafío interesante: repetir la corona, algo que, salvo los verdaderamente grandes pilotos, no suele ser usual en el TC: Bessone en el 2003 y Martínez en el 2004 no pudieron emular la última gran campaña de un teceísta, la de Guillermo Ortelli entre 1998 y el 2002, período en el que consiguió cuatro coronas.
Silva es un piloto de atributos cuyo punto más flojo es la mentalidad; si sostiene la motivación, si el equipo no baja los brazos saciado de gloria, podría perfectamente ser candidato, teniendo en cuenta, además, que al reglamento técnico no se le tocará una coma en lo que respecta a los Ford.

LA CARRERA
TC. 16ª fecha, Río Gallegos.
25 vueltas, 105,167 km.

Piloto	Auto	Tiempos
1º Martínez	Ford	42m27s224
2º Ortelli	Chevrolet	a 720
3º Fontana	Dodge	a 19s332
4º Rossi	Chevrolet	a 30s844
5º Altuna	Chevrolet	a 31s069
6º Lifschitz	Dodge	a 31s142

Promedio del ganador: 148,632 km/h.
Record de vuelta: Martínez (Ford), en la 2, 1m40s439, a 150,778 km/h.
Ganadores de series: Fontana; Martínez; Rossi.
Campeonato: Silva, 231 puntos (campeón); Verna, 207,50; Moriatis, 199; Aventín, 190; Ledesma, 168; Martínez, 158,50; Ortelli, 149,50.
Próxima competencia: 12 de febrero de 2006 en Comodoro Rivadavia.