Norberto Fontana, Esteban Tuero y Gastón Mazzacane, los tres últimos pilotos argentinos en competir en la Fórmula 1, analizaron el fracaso de las negociaciones que pretendían llevar al cordobés José María López a correr en el Mundial de la máxima categoría de automovilismo. Fue en Bahía Blanca, donde corrió la Top Race V6, la categoría cuyo propietario, el empresario salteño Alejandro Urtubey, era uno de los sponsors del piloto cordobés, campeón 2009 de la especialidad.

“Hay muchos culpables –dijo Fontana, que corrió cuatro Grand Prix en 1997–. La llegada de Pechito a la F-1 fue de una manera muy extraña, ya que viene de correr en autos con techo; es extraño, creo que ése no era el camino.” El manager de López, Felipe McGough, es el mismo que tenía Fontana en 1997 y quien, al año siguiente, no pudo asegurarle una butaca en el equipo Tyrrell, en una negociación que se dilató tanto como ésta de López, con el mismo final.

“Pienso que Pechito no debe tomarlo como una frustración –insistió Fontana–. Lo que pasó es que asombró la manera en la que dominó el automovilismo local. Ahora, si él hubiera corrido en la GP2 y era protagonista, entonces habría sido otra cosa”, señaló el arrecifeño, sugiriendo que la frustración no debería ser tan grande.

Tuero le apuntó al nivel institucional del automovilismo argentino. “Acá hay que dejar a Pechito afuera, pero la Argentina no puede quejarse de no tener un piloto en Fórmula 1, ya que ninguna institución como la ACTC o el ACA trabajan para que haya uno de los nuestros en la categoría.” El ACA estuvo involucrado en las gestiones por López a un nivel protocolar, sin comprometer un auspicio económico.

“Ni Felipe (McGough) ni Víctor (Rosso) están en condiciones de hacer de managers de Pechito; dicen las cosas en serio, pero no son serios. López no tiene nada que ver en todo esto, él hizo las cosas bien”, insistió el ex piloto de Minardi, que corrió 16 Grand Prix para la escuadra de Faenza en 1998.

También Mazzacane le apuntó a la seriedad del proyecto original. “Para mí eso (trabajar para llevar a un piloto a la F-1) no se hizo nunca. Acá se dijo que la posibilidad le había interesado a (Bernie) Ecclestone, pero lo cierto es que no fue así –opinó–. Yo integré el equipo de Alain Prost en 2001 cuando terminó quebrando, y a Ecclestone no le importó. Si un cuatro veces campeón del mundo quedó afuera sin que a nadie le importara, ¿por qué iba a haber interés por el USF1 o por el mismo Pechito?”, se preguntó el platense, que compitió en 20 Grand Prix entre 2000 y 2001.

Urtubey acusó a McGough de “inepto, un mentiroso que le arruinó la carrera a Pechito” antes de contar alguna intimidad: “Nos mintió en la cara, nos dijo que hablaba permanentemente con Ecclestone y resulta que de un día para otro no iba más la cosa. Creí que había cambiado, realmente me confundí”, prosiguió. “Nos hicieron poner plata sabiendo ya que el proyecto se había caído.”

A dos semanas del inicio del Mundial de Fórmula 1, el único equipo al que le falta confirmar sus pilotos es el ex Campos-Meta, que en 2009 había firmado un contrato con Bruno Senna, el sobrino de Ayrton Senna, pero al que ahora le reclama una contribución económica para correr; además se informó que estaban cerca de cerrar trato con el indio Karun Chandhok (cuyo padre, Vicky, es dirigente del automovilismo de su país y tiene acceso a la FIA) a cambio de 15 millones de dólares.

Las últimas pruebas previas al inicio del Mundial se celebraron ayer en Barcelona, con los siete más rápidos encerrados en menos de medio segundo. El inglés Lewis Hamilton (McLaren) marcó el mejor tiempo con 1m20s472, seguido por el australiano Mark Webber (Red Bull, a 24/1000), el brasileño Felipe Massa (Ferrari, a 67/1000) y los alemanes Adrian Sutil (Force India, a 139/1000), Sebastian Vettel (Red Bull, a 195/1000) y Michael Schumacher (Mercedes, a 273/1000). Luego quedaron el brasileño Rubens Barrichello (Williams, a 398/1000), el japonés Kamui Kobayashi (BMW–Sauber, a 439/1000), el suizo Sebastien Buemi (Toro Rosso, a 1s663), el polaco Robert Kubica (Renault, a 2s703), el finlandés Heikki Kovalainen (Lotus, a 4s779) y el brasileño Lucas Di Grassi (Virgin, a 5s688).