Mercedes rememoró los tiempos de Juan Manuel Fangio con el triunfo del alemán Nico Rosberg en el Grand Prix de China, el primero del piloto y el primero de la marca de la estrella desde 1955. En una carrera loca, con estrategias muy diferentes, Rosberg defendió la pole-position del sábado y con sólo dos paradas en boxes, una menos que los McLaren que lo siguieron en el podio, dio a Mercedes su primer triunfo desde la refundación del equipo en 2010 y el primero también desde el que logró Fangio en Italia hace 20.672 días, casi 57 años.

Rosberg, hijo del ex campeón mundial de 1982, Keke, es el tercer piloto que gana un Grand Prix por el Mundial de F-1 después de que su padre lo hubiera hecho con anterioridad. Sucedió lo mismo con Graham Hill (campeón en 1962 y 1968) y su hijo Damon (monarca en 1996) y entre Gilles Villeneuve (de cuya desaparición trágica se cumplirán tres décadas el próximo mes) y su hijo Jacques (campeón en 1997).

El alemán, que necesitó 111 Grand Prix para poder festejar su primer triunfo, se impuso a los McLaren de Jenson Button y de Lewis Hamilton, que arrebató al español Fernando Alonso, que terminó noveno, el comando en el campeonato del mundo. El brasileño Bruno Senna fue séptimo, delante de su compañero Pastor Maldonado, mientras que el mexicano Sergio Pérez acabó undécimo, fuera de los puntos.

“Creo que este año tendremos que medirnos con los Mercedes. Son muy competitivos”, dijo Button. “Tenemos una maravillosa historia detrás y queremos ser merecedores de esa tradición”, señaló Ross Brawn, el director del equipo. “En las próximas carreras aún habrá más novedades. El equipo incluso olvidó el error en los boxes de uno de los mecánicos, que le costó la carrera a Michael Schumacher cuando era segundo.

Después de Rosberg, el otro piloto más feliz era Hamilton, que ahora es líder con 45 puntos por los 43 de Button, los 37 de Alonso y los 36 de Mark Webber, que terminó cuarto, delante del campeón mundial Sebastian Vettel, que sólo suma 28 puntos. La semana que viene habrá revancha en Bahrein, el polémico GP que se disputará pese a la enrarecida situación política que vive el país.