David Nalbandian se confirmó como un serio candidato al título en el Abierto de Australia con dos valiosas victorias en un mismo día: primero jugó a muy alto nivel para derrotar al español Tommy Robredo, y minutos después vio cómo caía eliminado el estadounidense Andy Roddick, al que podía encontrarse en semifinales. De esta manera queda un solo favorito por encima del cordobés en el cuadro: el suizo Roger Federer, la primera cabeza de serie del torneo, al que espera encontrarse en la final. “Queda toda una semana y pueden pasar muchas cosas”, dijo el argentino.

Nalbandian, cuarto favorito, expuso una firmeza y solidez que no había mostrado en los anteriores encuentros del primer Grand Slam de la temporada y ganó con parciales de 6-3, 6-0, 2-6, 6-2, tras un total de dos horas y cinco minutos de desarrollo. En cuartos deberá enfrentar al francés Fabrice Santoro (que había eliminado al argentino Gastón Gaudio), luego de que éste se impusiera al español David Ferrer por 6-4, 7-5 y 7-5.

Con la solidez y la potencia exhibidas en este partido de octavos de final, el cordobés se perfila indudablemente para reeditar, quizás, aquella final que sostuvo y le ganó al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, en el Masters de Shanghai, China, en noviembre pasado. Es que Nalbandian sacó perfecto, devolvió mejor, pensó cada maniobra de ataque y ejecutó con brillantez cada una de las definiciones, frente a un adversario que comenzó a desesperarse y a cometer errores no forzados.

La paridad con la que arrancó el partido (el primer game duró 8 minutos y el español pudo sostener su servicio, después de que Nalbandian no aprovechara dos puntos de quiebre) fue apenas un espejismo. Porque el argentino apenas perdió un punto mientras ejecutó sus saques durante ese primer set, que resolvió con claridad (6-3), tras 35 minutos de lucha.

Pero si el primer parcial había sido fácil para Nalbandian, el segundo, directamente, fue un trámite. Porque Robredo, decimosexto preclasificado, se apuraba cada vez más, arriesgaba con su drive y le permitía a un David inspirado superarlo con golpes angulados, pelotas largas, voleas o cualquier otro disparo que ejecutase. Ese segundo segmento permitió ver a un Nalbandian tan firme, que el concluyente 6-0 se consumó en apenas 24 minutos.

En el tercer parcial, el español entregó una mejor versión, a partir de que empezó a encontrar mayor precisión en sus distintos envíos. Ello, sumado a cierta relajación del cordobés, derivó en un desarrollo parejo, como no había ocurrido en los períodos previos. Robredo quebró –por primera vez en el choque– el saque de Nalbandian, al comenzar la manga y supo conservar sus respectivos servicios hasta situarse 4-2 arriba. Incluso el europeo aprovechó una doble falta de su rival y se puso 5-2. Y al siguiente juego, Robredo pudo conservar su saque y se llevó el set por 6-2, después de otros 35 minutos.

El llamado de atención que representó esa tercera manga encendió la alarma en un Nalbandian que quebró en el cuarto game del cuarto segmento, se puso 3-1 arriba y consolidó su dominio, a partir de esa situación.

El 6-2 final llegó tras un disparo de Robredo que quedó en la red, después de 29 minutos.

Así, Nalbandian consumó un éxito valioso frente a un adversario que habitualmente suele ser más complicado, aunque la certeza que abona el cordobés es que, para llegar lo más lejos posible en este Abierto australiano, todo depende de su nivel. “Los primeros dos sets los jugué impecable. En el tercero me confié un poco y me quebró rápido, y supo contener sus servicios. En el cuarto, el partido volvió a ser parecido a los otros sets. Estoy muy bien”, aseguró el argentino tras la victoria.