TENIS › RAFAEL NADAL, TRAS VENCER A ROGER FEDERER
El segundo del ranking mundial viene de superar al primero en la final de Doha, alentando la chance de un duelo cerrado por la cima. Pero el español elige el camino de la humildad para señalar el rumbo de sus próximos pasos.
No se veían las caras desde la semifinal de Roland Garros de la temporada pasada. Los dos habían dado muestras de su potencial dominando el circuito, pero no se habían cruzado hasta el sábado. Y en Dubai, donde Roger Federer había festejado tres títulos de manera consecutiva, Rafael Nadal mandó un mensaje que puede modificar el panorama que se preveía en el tenis masculino. Sin embargo, el español pretende mantener la humildad y asegura que para este año le será muy complicado plantearle de lleno la pelea al suizo por el número uno del mundo.
Luego del sensacional año que completaron los dos mejores tenistas del planeta, la imagen que quedaba era por el momento que Nadal dominaba en canchas lentas, en tanto que Federer era el dueño en superficies medias y rápidas. Pero en la final de Dubai, esa sensación fue refutada por el juvenil español, que se recuperó de un flojo primer set y terminó ganando la final en una de las plazas favoritas del suizo. Pero sobre todo, dejó en claro que puede aspirar a destronarlo en cualquier superficie. Además, en el historial personal ya le lleva una ventaja de 3-1, con dos triunfos sobre canchas duras.
No obstante, Nadal sabe que sólo venció en una batalla. El margen en el ranking y la calidad del suizo no se pueden subestimar y por eso ya largó el aviso. “Sería un error lanzar las campanas al vuelo porque le gané al número uno del mundo. Sólo fue un partido, y él ya ha ganado el Open de Australia, Doha y ha sido finalista en Dubai. Son muchos puntos de diferencia”, señaló el mallorquí, que en Dubai festejó su primer torneo del año y el decimotercero de su carrera. “Este año no tengo mucho margen para ser el número uno”, remarcó Nadal, casi en una manera de quitarse presión.
Y a la hora de plantearse objetivos, el español también minimizó sus posibilidades, ya que argumentó que su intención pasa por recuperarse físicamente y no padecer una lesión similar a la que lo obligó a una recuperación de cuatro meses, tras adjudicarse el Masters Series de Madrid. “Estoy a un buen nivel al ganar un torneo después de cuatro meses lesionado. Mis metas para 2006 son recuperarme al ciento por ciento de la lesión, clasificar para el Masters y quedar más adelante del octavo puesto en la clasificación”, indicó el español tras llegar a su país luego del éxito en Dubai. Ahora, su confianza aumentó de cara a la gira de canchas rápidas por Estados Unidos. “Haber estado en la final ya era un motivo de mucha alegría, y vencer al número uno. Es un buen motivo de alegría porque me da puntos importantes en la clasificación”, comentó.
Sobre el llanto tras el partido, Nadal sostuvo que sólo se trató de un desahogo por los difíciles momentos que atravesó durante la dolencia en su pie izquierdo. “Cuando has estado tanto tiempo sin haber podido competir por una lesión, se pasa mal. Por eso, cuando gané me acordé de todo lo mal que lo había pasado y rompí a llorar. Ese fue el único motivo”, comentó Rafa, que no lo dice, pero va por Roger.
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