Con Jorgelina Cravero como principal referencia, Argentina superó 4-1 a Austria en la serie por el Grupo Mundial II de la Copa Federación y ahora buscará un lugar en la máxima categoría. Luego de que María Emilia Salerni luchara más de dos horas y media para superar 7-5, 3-6, 6-2 a Patricia Mayr, la cordobesa derrotó 6-4,

6-4 a la europea Melanie Klaffner, con lo que decretó la victoria decisiva que desató el festejo sentido y la euforia del grupo de jugadoras y el capitán Rivera. Ya con todo resuelto, Betina Jozami y María Irigoyen brindaron el último punto con su victoria 6-1, 4-6, 6-3 sobre Yvonne Meusburger y Barbara Schwartz, que volvió a jugar un partido oficial después de 16 meses, tras su retiro en 2006.

No bien la cordobesa Cravero, la figura de la serie, concretó el segundo de los tres match points que disfrutó ante la juvenil austríaca de apenas 17 años, la emoción se apoderó del equipo argentino, que festejó una victoria importante, que deja a la Argentina a solo un paso de regresar al Grupo Mundial después de tres años de haber descendido. Jozami, la más eufórica, se encargó de bañar a sus compañeros de equipo con una botella de champagne, en un típico festejo que siempre acompaña a los vencedores en el mundo del tenis, mientras que resto bailó en forma alocada, ante la atónita mirada del elenco austríaco.

“La verdad es que se sufre mucho adentro de la cancha. Una intenta hacer las cosas bien, pero a veces no salen. Por suerte, me pude llevar el triunfo”, comentó Salerni, que había caído el primer día ante Klaffner y había dejado incertidumbre para el futuro de la serie, sobre todo porque no había podido aprovechar el 5-2 que tenía en el tercer set. “Traté de descansar mucho, de escuchar a mi familia y a mi entrenador, quienes me brindaron todo su apoyo y me alentaron para que saliera de nuevo a la cancha”, señaló la rafaelina.

Luego fue el turno de Cravero, que superó los momentos complicados que se le presentaron para vencer a su rival. “Creo que en los momentos en que tuve el agua al cuello pude estar tranquila y devolver sin ponerme nerviosa. Conseguí traer las bolas difíciles y contrarrestar el juego de ella”, opinó Cravero, quien sigue invicta en esta competencia internacional, en la que ya acumula seis triunfos. “La verdad es que estaba nerviosa. Pensé que entrar segunda se me iba a complicar y que iba a tener la presión por definir. Estuve viendo el partido de la Pitu y sufrí tanto que me tuve que ir al vestuario”, reconoció la heroína del conjunto argentino.