Argentinos, no se rajen...
La temporada oficial del fútbol mexicano comenzó este fin de semana con 15 compatriotas debutantes, atraídos por el pago en dólares, pese a las denuncias por discriminación que formulan otros argentinos radicados desde hace tiempo en suelo azteca.
Por Sergio Carrillo
Desde Ciudad de México
La crisis económica de la Argentina, la devaluación del peso y la inseguridad se convirtieron en los principales motivos para que futbolistas argentinos vean en México un territorio de oportunidades y mejores salarios. Pero las oportunidades no son las mismas para todos, y algunos se quejan, incluso de racismo.
“Es trágico estar en la Argentina. En el fútbol hay crisis. Se están marchando las figuras y dentro de poco ya no se verá buen fútbol”, opinó Mariano Messera, tras su reciente incorporación al equipo mexicano Cruz Azul. El ex Gimnasia es uno de los 15 jugadores argentinos debutantes en el fútbol azteca y uno de los 27 registrados en Primera, sobre un total de 87 futbolistas que completan la lista de importados en México.
“Da miedo salir en la Argentina. La inseguridad es alarmante, y los jugadores tratan de salir a la primera oportunidad”, señaló el platense, que vivió en carne propia un fallido intento de secuestro. “Afortunadamente no lo lograron, pero ésta es una de las cosas que aceleran las ganas de marcharse de la Argentina. Realmente están viniendo muchos jugadores. Si la crisis continúa allá, van a tratar de arribar a México no sólo por lo económico sino también por buscar mayor seguridad.”
A pesar de que los clubes mexicanos no han hecho grandes contrataciones debido a la recesión económica de la que no están exentos, los salarios de los futbolistas locales y extranjeros son de los más altos, comparados con los que se pagan en Sudamérica. A los argentinos los atrae, especialmente, la posibilidad de cobrar en dólares.
Messera encabeza la lista de argentinos que jugarán en el torneo Apertura 2002 de Primera, que arrancó este fin de semana, junto a Pablo Oscar Rotchen, Walter Erviti, Guillermo Franco (Monterrey) y Cristian Leyva (Cruz Azul). A ella se agregan Patricio Camps y Juan Manuel Azconzábal (Universidad Autónoma de Guadalajara), Diego Cagna, Jorge Jerez y Mario Grana (Celaya), así como Cristian Traverso (Querétaro) y Walter Gaitán (Tigres).
Esos quince se unirán a Hugo Castillo (América), Angel “Matute” Morales y Carlos Casartelli (Veracruz), Alejandro Glaría (Chiapas), Roberto Trotta (Puebla), Walter Silvani (Pachuca), Diego Rivarola y José Luis Calderón (Atlas), Maximiliano Cuberas y Hernán Cristante (Toluca), Diego Latorre (Celaya) y Darío Franco (Morelia).
El atractivo no se limita a los futbolistas: entre los técnicos que trabajan en el fútbol mexicano se cuentan Ricardo Lavolpe (Toluca), Daniel Alberto Passarella, recientemente contratado por Monterrey, y que debutó ganándole 2-0, con goles de Franco y Erviti, al Morelia de otro argentino, Rubén Omar Romano; Salvador Capitano, que dirige por primera vez a Chiapas; y Mario Zanabria, debutante con el Querétaro.
Pero no todos están tan entusiasmados con jugar en México. Antonio Mohamed aseguró que en el fútbol mexicano hay racismo y una muestra de ello es la propuesta de considerar como extranjeros a los jugadores naturalizados, de los cuales él es uno de ellos. En el torneo hay siete extranjeros con pasaporte mexicano: los argentinos Mohamed, Gabriel Caballero, Martín Boasso y Sergio Verdirame, los brasileños José Damasceno y Antonio Naelson y el uruguayo José García. Mohamed jugará para el Atlético Celaya después de dos temporadas muy malas en las que anotó sólo un gol en 23 encuentros. Incluso Gabriel Caballero jugó el Mundial para México: comenzó como titular en la victoria 1-0 sobre Croacia y después fue al banco de suplentes.
Estos jugadores tendrán cabida en sus clubes sin afectar la cuota de cinco extranjeros permitidos, lo cual molestó a algunos atletas, directivos y entrenadores como Hugo Sánchez, el mejor jugador mexicano de la historia, quien calificó esa realidad como una trampa porque los importados quitan el lugar a un futbolista del país. Sánchez comentó que algunos extranjeros bajaron mucho el rendimiento, no pueden ganarse un lugar limpiamente, y por eso se nacionalizan para pasar como mexicanos. Pero Mohamed le respondió a Sánchez, y sin mencionar el nombre del antiguo goleador del Real Madrid dijo que seguro que él sufrió el racismo porque cuando estuvo en Europa lo trataron mal. Lástima que, en el arranque, la UNAM que dirige Sánchez venciera 1-0 al Celaya de Mohamed. El tema de los nacionalizados en el fútbol de México es uno de los más discutidos una semana antes de empezar el torneo, y mientras el ecuatoriano Alex Aguinaga calificó de xenofobia cualquier ataque en ese sentido, el entrenador mexicano José Luis Trejo, del club Cruz Azul, aseguró que debe establecerse un balance y no exagerar. “Si los extranjeros naturalizados no fueran mejores que un par de mexicanos, no serían contratados”, dijo Mohamed, quien llegó a México en 1993 y en 292 partidos lleva 68 goles.
Esta semana, el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), Alberto de la Torre, dijo que era necesario crear un reglamento interno para que no se hiciera popular la nacionalización de jugadores extranjeros: “Si le quitamos un puesto a un mexicano para dárselo a un nacionalizado, creo que debemos hacer algo como poner que el jugador debe ser nacido en México”.
Pero el delantero paraguayo del Toluca, José Saturnino Cardozo, apoyó a Mohamed al afirmar que De la Torre “es un charlatán” que “no tiene por qué engañar a la gente, porque si realmente está en contra de los extranjeros, entonces para qué contrató a Caballero” para el Atlas, el club del cual, además, De la Torre es presidente...