Este fin de semana deportivo dejó algunos interrogantes que por suerte no tienen que ver con la visita del ominoso O’Neill –que da más miedo que el casi homónimo Shaquille de los Lakers– sino con cuestiones bajamente vinculadas al correr y rebotar de las inocentes pelotitas. Son enigmas que no nos quitarán el sueño pero tampoco nos quitarán la mosca del bolsillo.

1 Si Acosta es un goleador de raza, ¿de qué raza se trata?
Es un lugar común –o una expresión habitual en el sabio Alejandro Fabbri– sostener que el veterano y tordillo delantero del Ciclón es un “goleador de raza”. ¿Es un ovejero alemán? ¿Un collie? ¿Un dogo argentino? Seguro que ni caniche ni salchicha. Nada de eso. El Beto es, seguramente, un ejemplar genuino de la nunca suficientemente bien ponderada raza perro: aguantador, astuto, sobreviviente nato. No te va a fallar como otros más cajetillas.

2 El Pampa Sosa, ¿juega de poste o es tronco?
El repatriado grandote del Udinese es de madera noble, confiable, firme en su lugar como una estaca difícil de voltear o de arrancar del pasto del área. Ayer, hasta le costaba separar los talones del piso, de tan arraigado. Se sabe que –en una inundación– un tronco te puede salvar. En un partido, difícil. Un poste, en cambio, es portador de corriente, sirve de conector, comunica. Apostemos por el poste.

3 Guillermo I de Tapiales, ¿qué tipo de rey es?
En la foto, al Guille Cañas le han puesto, en Toronto y en medio de la euforia del título ganado a serenos raquetazos ante el pendejísimo Roddick, un ridículo sombrero. Pero es un sombrero real. Es el clásico de King, de la Policía Montada de Canadá, que leíamos en historietas. ¿Qué clase de King es este pibe suburbano, con más pinta de marcador de punta que de finoli trotador de courts universales? Cañitas es un rey de los que duran, de perfil bajo, de juego todo terreno, de inteligencia y buen sentido que sabe que la primera victoria es sobre sí mismo.

4¿Qué salió a buscar –tan tarde– Leo Díaz?
Es un misterio de la arqueridad... ¿Quién les dice a los compulsivos goalkeepers que tienen que ir de frente y lejos a buscar una pelota incierta a la que van ya sus propios compañeros junto a los rivales y a la que tienen muy pocas posibilidades de atrapar. Evidentemente –y Gallego compartirá nuestra conjetura– cualquier cosa menos la pelota. El resultado es, sobre todo sobre la hora o en el descuento, fatal: gol en contra con cabezazo cómodo de delantero sin marca y arco desguarnecido.

5 Este González, ¿es “Equi” o está “Equi”?
El astuto delantero que vino a enganchar en Boca subiéndose al último bote durante el naufragio del “Fiorentina” en aguas italianas ha demostrado con noventa minutos de ayer más un puchito de la semana pasada que es sumamente “equilibrado” y que no estaba “equivocado” al venir a estas costas a convivir sin guita atractiva pero con botines de fútbol afines a estas playas y riberas. Jugó como para quedarse un rato largo.

6 ¿Tévez es Tévez o Estévez?
Carlos Tévez es la mejor aparición del fútbol argentino tras la irrupción luminosa del Cabezón D’Alessandro. Un gusto verlo jugar. Sobre todo porque –y no es frecuente– hace de todo. Ya se plantea de entrada la cuestión de dónde debe jugar. Si de punta o de atrás. Pero no porque rinda más o menos en cada uno de esos lugares sino porque ninguno lo hace mejor que él en esos dos lugares. En un mundo de especialistas –el buenode Estévez (el Tucán) lo es: desborde y centro– Carlitos no entra en caja.

7 ¿Al “Chori” no le falta un “pan”?
Alejandro Domínguez se ha consolidado en River como un delantero bárbaro; el que ya era en el Quilmes del estigma perdedor de finales, lo que no le impidió hacer goles extraordinarios y jugarse todo, como en el Mundial Sub 20 hasta la lesión. En River, Domínguez hace Chori-pán con Cavenaghi. Le palta “Pan”, es decir ¡Pum!, es decir complemento de gol cuando no está el precoz goleador. Ayer los salvó el toque hermoso de Damián (¡Alvarez! ¡Alvarez!) pero el Chori estuvo muy solo arriba.

8 ¿Por qué Menotti acariciaba la cabeza de los jugadores de Lanús?
Porque es un grande. Su Central de toque juvenil hizo media docena de goles y arrasó a los golpeados muchachos del Sur sin Profe y sin consuelo. Sin embargo, más allá de elogiar a los suyos, que la rompieron haciendo goles de mil toques, tuvo tiempo para acercarse a los derrotados y consolarlos con el “no es para tanto”, “es un partido”. Y declaró: “El resultado es irreal, nadie hoy acá está a seis goles de nadie”. Tal vez él, de algunos.

9 ¿De quién es el pie que hizo el golazo de Bastía?
Del mismísimo Polaco, por supuesto; que lo usa, habitualmente, para otros menesteres menos brillantes como lustrar rivales, cortar el juega y darla cortita. Sólo que esta vez –milagros de la ortopedia– corrigió la mira y la puso allá. El viernes pateó dos veces de afuera y una se le fue apenas en el primero y la segunda fue una volea como para cerrar la cancha y regalársela a él. ¡Yeees, Polsky, yeees!

10 ¿Cuánto hace que Patricio Pérez dejó los escarpines?
El enganche de Vélez tiene tanta cara de pibe que parece un exceso verlo ahí, con los rulitos colorines saltando entre guadañazos de mediocampo. Ayer ante River jugó bien, hizo lo suyo y fue de los que mereció que Vélez no se fuera perdedor del partido con River. Ischia, con esa pinta de Profesor Loco o Malvado de Película que saca rapado y serio mirando ceñudo desde la orilla del campo no lo inhibió. Los pibes de ahora vienen cada vez más grandes.