Lun 12.08.2002
libero

Brasil lo hizo

El país hermano organizó los Juegos Odesur 2002 y se quedó con el triunfo global en el medallero, desbancando a la Argentina por primera vez desde la creación de los Juegos, en 1978.

Por Enrique Vidal y Aldo Gamboa
Desde Belem

Brasil escribió un capítulo inédito en la historia de los Juegos Odesur, al adueñarse del medallero general de la séptima edición de la cita deportiva regional para neutralizar la hegemonía que ejercía Argentina desde su creación en 1978. Disputados en Río de Janeiro, San Pablo, Curitiba y Belem, los Juegos contaron con participación de catorce de los quince países que integran la Organización Deportiva Sudamericana (Odesur), con sede en Buenos Aires. Sólo estuvo ausente Colombia, cuya capital, Bogotá, vio frustrada su intención de organizarlos debido a la violencia que afecta al país cafetero.
El atletismo, la natación, el karate y el taekwondo, entre otras disciplinas, fueron las grandes bazas del ganador, que desde el arranque de las competencias, el pasado 1º de agosto, tomó la delantera en el medallero general para no soltarla más.
Apenas Venezuela ofreció resistencia formal al anfitrión hasta que éste terminó de hacerse fuerte en los deportes de contacto, el boxeo incluido, donde los “llaneros” tenían oportunidad de acortar distancias.
El sábado y por anticipado, Brasil, que desplazó a Chile del segundo lugar en el medallero histórico, cerró su faena al totalizar 130 medallas de oro, cifra inalcanzable para los venezolanos y mucho menos aún para la derrotada Argentina que entró en el tercer lugar.
La ciudad amazónica de Belem se convirtió para los locales en una verdadera mina de oro donde el atletismo y la natación recogieron 32 y 21 preseas doradas, respectivamente.
Ambos deportes inscribieron atletas menores de 20 años, pero en el caso de la natación los juveniles cumplieron con creces porque durante los cuatro días que duraron las pruebas se dedicaron a bajar records de campeonato sin solución de continuidad.
En las piletas de Belem, Brasil presentó en sociedad algunos de los integrantes de su nueva generación de nadadores como Talita Ribeiro, que ganó cuatro oros con otros tantos records. Pero Ribeiro no fue la única que brilló porque Lucas Salatta, que sólo tiene 15 años, también se llevó las palmas al ganar tres oros con tres nuevas marcas de campeonato.
Mientras Brasil hacía su agosto en Belem, y los honores se dividían en el ciclismo ante la ausencia de Colombia, los levantadores de pesas y los luchadores de grecorromana de Venezuela sumaban oros a granel en la ciudad amazónica y en San Pablo, respectivamente.
Los nombres de Remigia Arcila, Víctor Castellano e Israel Rubio llenaron los podios de ese deporte, donde los venezolanos tienen en la propia Arcila y en Julio Luna a dos campeones mundiales. La lucha grecorromana también permitió a los venezolanos capturar innumerables medallas de oro para mantener durante días la esperanza de alcanzar a Brasil.
A pesar de abdicar sobre el final, para Venezuela la séptima edición de los Juegos resultó todo un éxito porque ya el sábado acumulaba una cosecha de 87 medallas de oro, tres más que una previsión hecha por el estatal Instituto de Deportes de ese país.
En el caso de Argentina, en cambio, el balance se presenta diferente porque, salvo del desempeño del canotaje, el patinaje y el tiro deportivo, las medallas llegaron casi que por cuentagotas.
En el Parque Náutico Iguaçu de Curitiba, los rioplatenses dieron muestras una vez más de su calidad en canotaje, disciplina donde la atleta Fernanda Lauro ganó seis medallas de oro: K1 1000m, K2 1000m, K4 500m, K2 500m, K4 200 y K1 200m. Lauro y sus colegas recogieron en dos días de competiciones doce metales de oro y no dieron tregua a sus rivales.
El patinaje y el tiro hicieron otro tanto, pero no fue suficiente para poner en peligro la posición de los venezolanos y mucho menos aún la de Brasil. Chile y Ecuador lucharon a brazo partido por el cuarto y quinto puesto, con ventaja primero para los del centro del mundo, finalmente superados por los trasandinos.
Desde el punto de vista de la Odesur, los Juegos fueron todo un éxito, según dijo el presidente de la organización, el argentino Antonio Rodríguez.
No obstante, Rodríguez no descartó la posibilidad de invitar países extrarregionales en próximas ediciones porque “el objetivo central es jerarquizar los Juegos Sudamericanos en la medida de lo posible”, dijo quien es también presidente del Comité Olímpico Argentino desde 1976.
“La idea es transformar los Juegos Odesur en un evento que sea una suma de campeonatos sudamericanos. Hacer que se parezcan los más posible a los Juegos Panamericanos y a los Juegos Olímpicos. El tiempo probó que se trata de una idea exitosa”, explicó.
Al analizar la importancia de los Juegos para los atletas y las federaciones regionales, Rodríguez describió una escalera con cuatro peldaños. “Se trata de cuatro niveles, comenzando por los campeonatos nacionales, sigue por los Juegos Odesur, pasa por los Panamericanos y culmina en los Juegos Olímpicos. Tenemos que ver los Juegos Odesur en esta perspectiva”, comentó.
En octubre vence el plazo para presentar candidaturas para la organización de los Juegos del 2006, y el mandamás de la Odesur reveló que existen hasta ahora cinco interesados: Brasil, Chile, Panamá, Bolivia y Paraguay. El nombre de la ciudad o ciudades que recibirán la cita deportiva regional se conocerá a mediados de marzo del 2003 en Buenos Aires, y a partir de entonces comenzarán a crecer las ilusiones de aquellos países que no alcanzaron un desempeño deseado en Brasil.

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