OPINIóN
› Por Osvaldo Arsenio *
La cercanía de los Juegos Olímpicos invita a un análisis de las posibilidades propias y ajenas ante la competencia más importante del cuatrienio.
En la cima del medallero, China y Estados Unidos reeditarán su lucha de Beijing; algunos analistas entienden que los americanos lograrán revertir el triunfo chino de 2008, a favor de su poderío en atletismo y especialmente en natación, deporte en el que presentan sin dudas el mejor equipo de la historia, encabezado por el extraordinario Michael Phelps y secundado por la ascendente Missy Franklin.
Además, la inusual contratación de técnicos extranjeros en otras disciplinas no muy tradicionales para ellos presupone un interés enorme en unos Juegos que, para muchos, muestran la tendencia china a escalar en todos los aspectos de la supremacía internacional.
Los chinos, por su parte, buscarán hacer valer su altísimo nivel en saltos ornamentales, tiro y pesas, aunque también han progresado en otras disciplinas individuales y comienzan a hacerlo en su punto más flojo, los deportes de equipo.
La lucha por el tercer puesto parece estar circunscripta a Rusia e Inglaterra. Los ingleses consideran ya seguro un 4º lugar e intentarán sobrepasar a los rusos luego del vertiginoso ascenso en la última década a favor de un enorme presupuesto deportivo, que en los últimos cuatro años superó los 50 millones de dólares mensuales en apoyos directos, sin contar la infraestructura.
En tanto, Argentina afrontará estos Juegos con varias acciones desarrolladas en los últimos años que, por su profundidad, arrojarán resultados perdurables en el futuro.
El incremento continuo del presupuesto desde 2003, la programación de nuevas disciplinas en los Juegos Evita –que trajo como directa consecuencia una mayor inclusión de niños y jóvenes en el deporte–, la creación del Enard y su inyección de nuevos recursos para el alto rendimiento, presentan en su conjunto un panorama alentador basado en profundas políticas de Estado que las torna, además, más justas y perdurables.
La inversión directa en clasificación, equipamiento deportivo y preparación de los deportistas ha sido la más importante en 60 años, y podemos decir que unas doce disciplinas están en condiciones de alcanzar un diploma olímpico, situación que hace más de medio siglo no se daba. De todas ésas, cinco o seis podrán llegar a la lucha por una medalla.
En definitiva, unos Juegos en los que la representación argentina tendrá resultados previsibles, basados en su talento y preparación, y un deporte que se encamina a resultados y planificaciones cada vez más trascendentes en el mediano y largo plazo.
* Director nacional técnico deportivo.
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