Con el encuentro ante Perú arranca mañana un nuevo desafío para la Selección Argentina de Básquetbol, aunque para esta ocasión el entrenador Rubén Magnano se dará el lujo de utilizar al Sudamericano de Uruguay como un banco de pruebas de cara al Preolímpico de Puerto Rico, el torneo más importante del año. A pesar de la presencia de sólo dos jugadores de los que obtuvieron la medalla de plata en el Mundial de Indianápolis y de la participación de varios jóvenes cuyo objetivo es ganarse un lugar en el primer equipo, el conjunto de Magnano aparece como el principal favorito a repetir el título que consiguió en la edición anterior en Valdivia, pese a que todavía no se confirmó la presencia de Walter Herrmann, el mejor jugador de este plantel, afectado por la trágico accidente en el que fallecieron su madre, su hermana y su novia (ver aparte).
El plantel que conduce Magnano viajó ayer por la tarde rumbo a Montevideo, y a partir de mañana a las 16.30 iniciará el camino en busca de reeditar el título que hace dos años obtuvo en Chile cuando se mida con Perú. Al día siguiente será el turno de Brasil, el rival más complicado en los papeles. Luego seguirá un encuentro muy accesible ante Paraguay, el viernes se enfrentará con Venezuela y el sábado cerrará la participación en la primera fase ante el conjunto local. Mientras sus compañeros estarán en plena competencia, el grupo que se prepara para participar del Preolímpico continuará con las prácticas en La Plata y durante la semana se sumarán Emanuel Ginóbili y Fabricio Oberto, los últimos con permiso para sumarse a los entrenamientos.
Luego de las bajas del alero Hernán Jasen, por una lesión, y de Carlos Delfino, a quien Skipper Bologna no autorizó a sumarse al equipo, Magnano conformó el plantel definitivo con los bases Pablo Prigioni y Bruno Lábaque; los escoltas Paolo Quinteros y Julio Mázzaro; los aleros Federico Kammerichs y Patricio Prato; los ala pivotes Gabriel Fernández, Leonardo Gutiérrez y Diego Lo Grippo; y los pivotes Martín Leiva y Román González. El duodécimo jugador será Herrmann o Diego Cavaco, algo que recién se resolverá esta noche, a partir del ánimo y las ganas que tenga el ex jugador de Atenas.
Lo concreto es que a pesar de las diferencias en los nombres, esta selección alternativa intentará parecerse a la que brilló en Indianápolis. Es evidente que el entrenador inculcó los mismos conceptos de juego y que los jugadores tomaron muy en serio el desafío, con el objetivo de quedarse con un lugar entre los doce que irán a San Juan de Puerto Rico en busca de una de las tres plazas para los Juegos Olímpicos de Atenas. En los tres amistosos que disputó (dos ante Uruguay y uno ante Venezuela), ya quedó claro que el equipo basa su potencial en la fortaleza defensiva, situación que le permite forzar malos tiros y provocar pérdidas al rival para salir en contragolpe. Allí, la velocidad y la capacidad de casi todos los integrantes del plantel para resolver en ataque rápido le otorga un poder de gol envidiable.
Más allá del resultado que obtenga el equipo, el principal objetivo para el entrenador es terminar de delinear el plantel de cara al Preolímpico. Por eso, para varios jugadores resultará una vidriera clave de cara al futuro. El base Pablo Prigioni, una de las revelaciones de la última liga española, es uno de los que puede aspirar a un lugar entre los doce, sobre todo si mantiene el nivel que exhibió en los amistosos. También será vital el rendimiento que muestre Kammerichs, uno de los candidatos naturales a ocupar el lugar vacante que dejó Hugo Sconochini con su retiro de la Selección. El otro aspirante a ese sitio es Herrmann, el jugador argentino de mejor rendimiento en España.
La pelea más pareja será entre los internos. Los mundialistas Gutiérrez y Fernández son conscientes de que no tienen garantizado su puesto y que deberán revalidarlo en Montevideo. En cambio, los debutantes Lo Grippo, el jugador más valioso de la Liga Nacional, y Román González, un pivote de2m10 que viene en ascenso, saben que están ante la gran oportunidad de lograr un lugar en el equipo del Preolímpico. Ahí radica la importancia del torneo para Magnano.