Lun 18.08.2003
libero

QUILMES Y ESTUDIANTES HICIERON SU NEGOCIO, PERO LA GENTE NO

Fue todo muuuy aburrido

Los equipos de Bilardo y de Alfaro siguen invictos luego de tres partidos en el Apertura, pero su prestación futbolera de ayer fue muy pobre. Ambos especularon con el error del rival: no se produjo y quedó el cero. El local fue algo mejor, sobre todo en el segundo. Debutó Patricio Camps en Quilmes y se lesionó el Tecla Farías.

Quilmes y Estudiantes de La Plata, que arrancaron bien en el inicio de la temporada, defraudaron ayer con un empate sin goles que estuvo muy lejos de satisfacer las expectativas de las 30 mil personas que colmaron el estadio Centenario. Los protagonistas, en cambio, sí quedaron conformes con el resultado, porque les permite a los dos equipos sumar un punto muy útil para alejarse del descenso. Quilmes, que acumula siete unidades, se mantiene invicto, y Estudiantes, que desde la llegada de Carlos Bilardo sólo perdió un partido, sorteó airoso otro compromiso de riesgo.
De todas formas, por los antecedentes inmediatos de ambos, Quilmes y Estudiantes podían entregar más, pero priorizaron la cautela para no llevarse ingratas sorpresas. El local fue un poco mejor y lo demostró en el segundo tiempo, cuando produjeron las situaciones más claras del partido con un juego agresivo, pero ineficaz. En los últimos 25 minutos fue valorable la actitud del conjunto de Gustavo Alfaro, aunque cuestionable el método que utilizó para intentar desequilibrar en el arco de Juan Carlos Docabo. Es que Quilmes abusó del centro frontal y así le facilitó el trabajo a los defensores de Estudiantes, verdaderos especialistas para revolear la pelota sin pudores. Entre tantos envíos, a los 18, Docabo, en gran reacción, le negó el gol a Danilo Gerlo. Antes de esa acción, el partido había sido más equilibrado y Estudiantes tuvo un pequeño lapso de supremacía en los 10 minutos iniciales que, de todas formas, no alcanzó para volcar el encuentro.
Con la dinámica de sus volantes, el conjunto de Bilardo llevó el partido al campo rival, pero sin pausa ni profundidad. La primera carencia se debió al flojo partido del chico José Sosa y la segunda, a la lesión de Ernesto Farías, esperanza de gol casi exclusiva en el conjunto de La Plata. Quilmes aprovechó rápidamente esos factores, equilibró el desarrollo, controló a su rival y se dedicó, aunque con parsimonia, a buscar un triunfo que nunca llegó por la falta de astucia, pese a los intentos postreros del debutante Patricio Camps.

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