Por Adrian De Benedictis

Cuando parecía que River comenzaba a despedirse de la lucha por el torneo Clausura, el equipo conducido por Leonardo Astrada consiguió ayer un triunfo agónico, a cuatro minutos del final, que lo volvió a ubicar como el más serio aspirante para disputarle el campeonato al líder Boca. Pero la mayor incógnita radica en saber si el plantel de Núñez verdaderamente cuenta con una estructura sólida que pueda sostener su candidatura. Más allá de que se encuentra a cuatro puntos de su máximo rival, la victoria ante San Lorenzo no reflejó lo que sucedió en el campo de juego, donde River no pudo demostrar una clara superioridad sobre el conjunto de Boedo. A esta altura, ésa sería la mayor diferencia con el puntero invicto –River ya suma dos derrotas–, que casi siempre deja una mejor imagen que su adversario de turno.
Mientras Boca suele respaldar su organización en el aspecto colectivo, River saca rédito de la capacidad individual de sus futbolistas. Pero, a diferencia de otros años, ahora Boca mantiene una base mayor de jugadores que River. En esta oportunidad, el técnico Carlos Bianchi posee casi dos equipos que están en condiciones de afrontar cualquier compromiso. Por su lado, River no logró hacer olvidar a sus profesionales que habitualmente se desempeñan como titulares, cada vez que fueron reemplazados por los más jóvenes. Para colmo, las lesiones fueron más protagonistas para River, con sus principales estrellas Salas y Gallardo a la cabeza, que para Boca, que hoy sólo sufre la ausencia de Burdisso, como el punto de mayor preocupación.
Entre esas variables se encuentran los dos equipos que, como agregado extra, tienen a la Copa Libertadores como máximo anhelo para este primer semestre.