FúTBOL › EL ENTRENADOR PRUEBA SIN BUENOS RESULTADOS
Brindisi no da pie con Boca
Por Facundo Martinez
Por más empeño que ponga el entrenador Miguel Brindisi en encontrar el equipo, resulta obvio que todavía no lo tiene. Así de simple. Dan cuenta de ello las cuatro derrotas consecutivas que Boca cosechó como visitante, que lo alejan de la lucha por el título y, además, arrojan ciertas dudas con respecto a lo que viene por la Sudamericana; este miércoles recibirá a Cerro Porteño en Salta, en el partido de ida de los cuartos de final. Si el empate con Banfield en la Bombonera le había acortado el crédito de los hinchas boquenses, que sólo por decoro no imploran por la vuelta de Carlos Bianchi, la derrota de ayer deja a Brindisi prácticamente entre las cuerdas, tambaleando; lo obliga, pero con un margen demasiado estrecho, a cambiar eso que hasta este momento él mismo santificaba.
La versatilidad que Brindisi ve en sus jugadores no parece ser tal; ellos mismos parecen querer exigirle que no toquetee tanto la cosa, que no introduzca cambios que alteren aquello que ni siquiera tiene todavía una forma reconocible. A este Boca parecen dolerle ciertas incertidumbres. No saber a qué juega, por ejemplo, o no saber quiénes juegan. La llave para destrabar la situación la tiene el técnico, pero, ¿es posible hacerlo pensando más en el pizarrón que en lo que sucede en la cancha? Lo único seguro es que si Brindisi continúa utilizando los partidos como sala de laboratorio para ensayar variantes, más allá de los entrenamientos a “puertas cerradas”, le va a ser muy difícil remontar este presente del equipo y cambiar su suerte en Boca.
Desde aquel entrenamiento en Casa Amarilla en el que se le pidió al entrenador que probara a un jugador del Country de Mauricio Macri, la fortaleza de Brindisi mostró su primera grieta. Su presencia algo petulante, por lo propagandístico, en los medios tras la goleada a Vélez, también mostró fisuras: Boca no había jugado bien, había sí tenido mucha suerte y a un Tevez inspirado, algo que luego no logró repetirse quizás a causa del cansancio del jugador. Luego las derrotas, que en el fútbol mandan y más aún cuando encima se pierde jugando mal. A lo que siguieron las idas y venidas a propósito de las vacaciones de Tevez, otro golpe duro, el más duro si se quiere, porque fue desde adentro y entonces sí resintió grave.
Brindisi tiene mucho trabajo y un partido que ganar el miércoles ante Cerro Porteño para no quedar expuesto a una eliminación de la Sudamericana en el partido de desquite que se jugará en Paraguay. No está fácil para Boca: que la defensa esté tan baja, ya que le entran por todos lados, pero sobre todo por el lado de Morel Rodríguez y Traverso; que, con muchos de los viejos jugadores, en el mediocampo no quede ni siquiera el recuerdo de la asociación que había en años anteriores; que los delanteros no generen peligro real, ya sean dos, tres o más, no parece ser a priori una cuestión de rendimientos; parece ser la obra de una gran desconcierto.
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