FúTBOL › PROTAGONISTAS EN EL MONUMENTAL
Los protagonistas centrales de la tarde de fútbol en el Monumental fueron Luciano Figueroa y Antonio Barijho; el de River por todo lo que hizo, el de Banfield por sus reacciones después de todo lo que hicieron.
Luciano Figueroa jugó su primer partido completo en el campeonato local y cumplió: metió un gol, reventó el travesaño una vez, participó en la jugada del tercer gol de su equipo y puso en aprietos en varias ocasiones a Lucchetti. Suficiente para redondear una actuación muy destacada y erigirse en la figura de la cancha. Passarella no tiene demasiados delanteros, pero hasta ahora se las viene rebuscando con lo que hay: Higuain, Farías, Montenegro y Figueroa. Ayer arrancaron Higuain y Figueroa y en el último tramo entró Farías por Higuain. El ex delantero del Villarreal y de Rosario Central –donde alguna vez tuvo como socio al Chelito Delgado– fue el que más preocupaciones le provocó al arquero de Banfield. Siempre buen ubicado en el área fue a buscar los cuatro o cinco centros que le llegaron exactos en el primer tiempo. Uno, que mandó Federico Domínguez desde la izquierda( a lo Delgado), fue golazo: le dio con el parietal derecho y clavó la pelota lejos de Lucchetti. Otro, luego de un centro de Fernández, fue frentazo que hizo estrellar la pelota en el travesaño. En los restantes, Lucchetti respondió muy bien. En el segundo tiempo intervino en la jugada que concluyó con el tercer gol, la estocada definitiva. El último pase fue precisamente de Lucho Figueroa para Gallardo quien despidió un exacto remate cruzado.
El Chipi Barijho, que está físicamente bien, afinado, jugó un buen primer tiempo. Obligado a pararse de espaldas al arco de River devolvió muchas paredes y metió un par de magníficos pases de gol. En el segundo tiempo, como todo Banfield, disminuyó su rendimiento y a 19 minutos fue reemplazado por Sebastián Romero. Desde entonces y hasta el final del partido fue centro de las burlas de los hinchas de River que no se olvidan de su pasado boquense.
Lo insultaron, le dedicaron irónicos cantitos, lo pidieron para la Selección, le sugirieron a Leeb que lo volviera a poner y gozaron mucho a costa suya el triunfo asegurado desde el tercer gol.
Al final del encuentro Barijho cambió la camiseta con Pusineri y se la metió debajo del pantaloncito –como lo muestra la foto que tomó Daniel Jayo– en un gesto inequívoco. También se cruzó el pecho con el pulgar y el índice para hacerse cargo de su pasado en Boca y la remató con un aleteo de gallina, a lo Tevez.
Figueroa y Barijho fueron protagonistas. Pero los aplausos se los llevó sólo Lucho.
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