Pasó una nueva edición y quedamos muy contentos. Si bien es algo que no se puede manejar, que el torneo lo gane Moyá es una alegría, porque cada vez que viene se brinda entero y porque, además, prestigia al certamen que el título lo obtenga un jugador como él.

No es hora de balance y siempre hay aspectos a mejorar, pero nos deja conformes cómo se desarrolló el torneo, que está consolidado y que no depende de uno o dos jugadores para tener éxito. La prueba es que se cayeron Guga Kuerten, Nalbandian o Coria y la gente respondió igual, sin importar tanto quiénes jugaban o cómo se desarrollaba el cuadro. En el año en que peor les fue a los argentinos, se logró la mejor marca de público, lo que refleja la importancia de un torneo de nivel internacional.

Para el año que viene, el certamen se atrasará una semana, lo que nos viene muy bien. Se jugará primero la Davis, luego Brasil y después Buenos Aires, justo antes de Acapulco. Eso permite que los jugadores tengan más descanso y se pueda invitar a algunas figuras para que vengan. El sueño es poder lograr que regrese Rafael Nadal o que venga Marat Safin, aunque todavía falta mucho y es prematuro hablar de ello. Igual, el objetivo es lograr que estén presentes todos los argentinos.

El otro desafío es poder brindar más comodidades y seguridad al público, para que tenga más zonas de descanso o para que pueda disfrutar cuando no está en la cancha. También se está evaluando la posibilidad de agrandar la capacidad, con una tribuna en la zona donde ahora está la pileta, pero primero tenemos que resolver ese aspecto. Con la tranquilidad de un sponsor seguro, con una realidad socioeconómica no tan mala y con un equipo de primera, con más experiencia, es posible mejorar cada año.

* Ex top-ten argentino y director de la Copa Telmex.