Mario Bolatti. Cabeza levantada y pelota al pie, el cordobés es fundamental tanto en defensa como en ataque. Corta, distribuye y llega al gol, tanto por juego aéreo como con remates desde lejos. Incluso es el segundo goleador del equipo, con cinco tantos. De él nace el tan elogiado circuito ofensivo de Huracán, que lo sintió cuando lo neutralizaron.

Paolo Goltz. El capitán es el caudillo del equipo y la pieza más importante del andamiaje defensivo, por personalidad y presencia. Viene jugando con cuatro amarillas desde la fecha 15ª ante Central, pero ya no necesitará cuidarse. Con tres goles, entre ellos el del triunfo ante San Lorenzo, lo convierten en otra de las armas ofensivas del puntero.

Javier Pastore. El toque de distinción de un conjunto lujoso. Desequilibra por su habilidad, su gambeta hacia adelante y la llamativa facilidad para tirar caños para sacarse rivales de encima. Se siente confiado y maduro, pese a que apenas supera los 20 partidos en Primera División. Su nivel es uno de los mayores aciertos de Cappa. Es el goleador del equipo, con 7 tantos.

Matías Defederico. El socio ideal de Pastore. Juega en corto, se mueve por todo el frente de ataque y se tira atrás sin problemas para arrancar los ataques con más panorama. Tiene una zurda muy picante, tanto para la gambeta como para pegarle al arco, aunque todavía se apresura en el momento de la definición. Por eso sólo anotó cinco goles.

Carlos Araujo. Los laterales son otra de las armas ofensivas de Huracán. Tanto el ex Rafaela como Arano se mandan al ataque con criterio y son una opción de pase para sus compañeros y para abrir la cancha. Están convencidos y confiados, lo que determina que suban para poder definir las jugadas, ya sea con centros o con remates al arco. Los dos llegaron al gol.