Después de aquel 3 a 1 de verano a Boca que tanta esperanza despertó, River creyó haber encontrado en los juveniles Daniel Villalva y Rogelio Funes Mori a los delanteros que tanto le hacían falta. Un mes después, nada parece ser lo que se suponía que podía ser: los dos han perdido prioridad en la mirada del técnico Leonardo Astrada, van al banco de suplentes como cualquiera y, cuando ingresan, no alcanzan a cambiar el final de las historias millonarias.

Ambos fueron titulares en el debut de River ante Banfield. Villalva fue al banco ante Chacarita y recuperó su puesto en el empate ante Central, siempre con Funes Mori como centrodelantero. Ante Colón, fue Funes Mori el que salió para que ingresara Gustavo Canales, y ayer frente a Arsenal, los dos estuvieron entre los suplentes (Villalva fue excluido por haber llegado quince minutos tarde a la práctica del jueves pasado) y entraron en el segundo tiempo. Villalva antes del gol del empate de Marcelo Gallardo. Funes Mori, con el partido ya igualado, pero con un compañero menos, por la expulsión de Matías Almeyda.

Los malos resultados han acelerado los tiempos en el Monumental. Y la paciencia que se les debería tener a dos atacantes promisorios, da la impresión de haberse extinguido. Es cierto que ninguno de los dos reiteró el nivel de aquel segundo tiempo ante Boca en Mar del Plata. Pero tampoco debería responsabilizárselos por la escasa potencia ofensiva (cuatro goles en cinco partidos) que River ha mostrado en lo que va del torneo Clausura. Son otras las causas. Y no dependen de ellos.