Carlos Ferreira escribió este poema luego de que el domingo 7 de marzo de 1999 unos treinta mil hinchas de Racing se juntaran en la cancha cuando supieron que el club iba a la quiebra. “No creo que haya un espíritu épico mayor que el que produjo aquel acontecimiento único en la historia de este juego”, explica Ferreira.

LA MAGIA
a Racing
¿Qué magia es esta que no incluye la ilusión?
¿Dónde se ha visto una magia real?
Las cosas pueden desaparecer un rato
en especial si no existen
(doble belleza de la triquiñuela)
pero aquello...
Desapareció un arrabal humano y no volvió
ni por orden de aparición
ni de parición
ni por orden debida
ni de muerte

(Sé de coros que suelen invocara los sabios
de la Antigua Edad,
aHomero, a Cátulo, aVirgilio,
al duende que se apiada del dolor de los demás,
al de esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inunda el corazón,
al que viene de un país que se olvidó,
que siempre gris).

Gritos blancos y aromas celestes
en un marzo ferviente:
treinta mil aparecidos
fueron a ver lo que no había.
Lo invisible era tan esencial
que en el estadio país de Avellaneda
pidieron aparición con juego.

Aquel poema colectivo
le fue cantado al club de mis temores.

Carlos Ferreira