Durmiendo con Echarri y Duplaá
A los 17 años, el Burrito Rivadeneira, como lo apodan en Defensores de Belgrano, se mudó gracias a Jorge Busti, su ex director técnico, de las divisiones inferiores de River al club que juega en el campeonato de la B Nacional. Ascendió a esa categoría a mediados de 2001 después de salir campeón en la Primera B Metropolitana, y sus buenos rendimientos como delantero le posibilitaron viajar a Israel, un destino futbolístico por el que ya pasaron numerosos jugadores argentinos, desde Alberto Brailovsky hasta Oscar Garré. Lo contrataron a préstamo por seis meses del Hapoel Haifa, que tiene los mismos colores de Defensores: rojo y negro a bastones verticales.
En la ciudad portuaria del norte israelí se movía en un automóvil Opel -el sponsor del club– que le habían cedido los dirigentes. Aquí volverá a tomar el colectivo que todos los días lo acerca hasta Núñez. Vivirá más feliz –como él cuenta–, sin los dólares que había imaginado ahorrar, pero con la idea de que aquella guerra bacteriológica que le describieron, la máscara antigás y las habitaciones selladas quedaron tan lejos como el infierno desatado sobre Irak.
Algún día recordará que en sus noches de insomnio, sentado frente al televisor en el departamento de Haifa, mataba el tiempo viendo un programa que le resultaba tan familiar como el mate o el dulce de leche: Los Buscas, ese ciclo en el que actuaban Pablo Echarri y Nancy Duplaá hace un puñado de años.
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