Luego de más de cinco décadas de desencantos, San Lorenzo por fin pudo festejar el título de la Copa Libertadores. Sin jugar bien y con un gol de penal de Néstor Ortigoza, el conjunto de Edgardo Bauza derrotó como local 1-0 a Nacional de Paraguay el 13 de agosto y aprovechó el 1-1 de la ida para quedarse con el ansiado torneo y sacarse el estigma de encima. En las semifinales había dejado en el camino a Bolívar. El trabajo sucio lo había hecho antes del Mundial, cuando eliminó a Gremio y a Cruzeiro. Y antes había sufrido para sortear la fase de grupos, con el agónico y necesario triunfo 3-0 sobre Botafogo. Sin aquel tanto de Ignacio Piatti sobre la hora, San Lorenzo hubiese quedado eliminado en la primera ronda, a manos del modesto Independiente del Valle de Ecuador.