“No perdió Central, perdió el fútbol”, es el título que lleva una solicitada publicada ayer por los jugadores, el cuerpo técnico y la comisión directiva de Rosario Central, con motivo del bochornoso arbitraje de Diego Ceballos y su asistente Marcelo Aumente en la final de la Copa Argentina. “Rosario Central perdió mucho más que una final (...) le arrebataron la chance de coronar un año de trabajo, donde desplegó una idea de fútbol que mereció elogios de propios y extraños.(...) Sin embargo, fue víctima de groseros fallos arbitrales que lo privaron de una competencia justa y determinaron la suerte de uno de los partidos más importantes de su historia reciente.(...) La final de la Copa Argentina del año 2015 puede ser recordada como el partido donde el país fue testigo de uno de los episodios más vergonzantes de la historia de nuestro fútbol... o el punto de partida desde donde el fútbol argentino puede reconstruirse en base a recuperar la confianza de los hinchas, las ganas de los jugadores, la honestidad de la dirigencia y la credibilidad de los clubes. Juguemos limpio, no matemos la pasión.”