JAIME BAYLY VUELVE A SUS AñOS DE INICIACIóN Y BISEXUALIDAD.
Un Bayly auténtico
El huracán lleva tu nombre
Jaime Bayly
Buenos Aires: Planeta, 2004.
462 páginas
› Por Sergio Di Nucci
¿Con qué nos quitamos el semen después de masturbarnos? Nunca tendremos a mano pañuelitos de papel o de cocina (y masturbarse en el baño es casi siempre cosa de ñoño o de recluso). Gabriel Barrios, el protagonista de la última novela del peruano Jaime Bayly, tampoco va armado por el mundo con pañuelitos de papel. Por eso decide hacerlo con las delgadas páginas de una Biblia. Que además es regalo de su mami, limeña de familia bien y numeraria del Opus Dei. Por eso, cuando Gabriel se entera de que dejó embarazada a Sofía Edwards, la chica bellísima con quien comparte departamento, no duda en interpretar la catástrofe como una verdadera venganza divina. Porque Gabriel Barrios, además, está convencido de que es bisexual, pero que está un poquito más del lado homosexual. Y sus convicciones son más fuertes que él mismo. Sin embargo, ama a Sofía, es la mujer de su vida, y es de ella el nombre de El huracán lleva tu nombre. Un huracán que, a diferencia de los azares meteorológicos, llegó a su vida por un error culposo, y que lo arrasa y arroja a alturas de responsabilidades insospechadas.
Gabriel es un famoso conductor de la televisión peruana, con maneras “que no son las de una rumbera de cabaret sino las de un joven bien asentado en su masculinidad y muy a gusto con sus genitales”. En la disco Nirvana conoce a Sofía, de veintidós años, recién arribada de Filadelfia donde estudió historia, “es decir, aburriéndose entre monjas amargadas y bibliotecarios tan maricas que no se atrevían a serlo”. Sofía, por supuesto, sabe que Gabriel tiene amores con chicos. Y Gabriel no le oculta que lo que él quiere es uno que lo ame “sin reservas, remilgos higiénicos ni prejuicios de ninguna índole”. Gabriel y Sofía se enamoran. Y Sofía nunca dejará de convencerse de que Gabriel es todo un hombre. ¿Por qué, entonces, Gabriel debería desconfiar de ella cuando le dice que nadie-nadie-nadie le produjo tantos y tan buenos orgasmos?
Gabriel dejó la odiada tevé y vive con Sofía, por fin comienza a escribir su novela, vive de sus ahorros en la ciudad que adora (Georgetown, el barrio nice de Washington), y que es la más ajena a su Lima la horrible. ¿Por qué entonces Gabriel no es feliz? ¿Por qué no puede estar para siempre con Sofía? ¿Qué es lo que lo aleja de ella? La razón más probablemente sea que Gabriel se sabe homosexual y el amor que tiene con Sofía no lo libera sino que lo ata y vuelve rehén.
Las peripecias de la novela son tantas que los protagonistas pasan por Miami, Washington y París, por huracanes climáticos y los de corte espiritual. Como en Yo amo a mi mami (1999), alternan escenas de risas y llanto. Lo que más impresiona aquí es el desnudo absoluto de los protagonistas, que arman un universo luminoso porque son sinceros, a partir de un mundo real que es y va a seguir siendo injusto y maledicente.
El huracán lleva tu nombre reitera los temas y subtemas de Bayly, y confirma su capacidad para mantener una trama y no hacer descansar al lector hasta terminarla. Pero resulta innecesario insistir en las virtudes narrativas de Bayly: allí están sus libros, celebratorios, todos ellos, de este autor que representa a una de las voces latinoamericanas más poderosas y, contra todas las apariencias, menos sujetas a las disipaciones de la moda.