CARO LIBRO
Century: Libros de fotos, arte y diseño
(en formato bolsillo)
El siglo XX no es sólo el siglo más violento de la historia humana sino también el primero en quedar registrado por completo frente a una cámara fotográfica. En su nueva versión, un cuadradito compacto y mucho más liviano que el mamotreto original, Century en formato mini contiene 1090 fotografías y se ha extendido hasta incluir los atentados del 11 de septiembre de 2001 que su antepasado jamás imaginó como preámbulo de nuestro siglo. Y además, pensándolo de nuevo, editó el subtítulo original para agregarle a “100 años de progreso, sufrimiento y esperanza”, la palabra “regresión”.
Las caras en las fotos llevan como cicatrices el impacto de eventos de escala mundial en la gente común. Creado por Bruce Bernard, Century contiene unos epígrafes maravillosos, escritos por un viejo lobo del periodismo inglés que se tironea entre la ironía y el hastío. Construido menos sobre una narración coherente que sobre impresiones, el libro, una vez cerrado, resuena como una vieja campana de catedral: hecho de ráfagas y cañonazos, de hambre y trincheras.
Bernard aclara “que buscó deliberadamente fotografías que no fueran demasiado familiares”. Algunas elecciones fueron acertadas, otras no tanto. La famosa foto de Lee Harvey Oswald doblado de dolor en el momento en que es asesinado es una fotografía tremenda que no aparece; en su lugar hay una de Oswald, minutos después del disparo, siendo introducido en una ambulancia. Tiene menos impacto, como documento y como imagen. Otras son inspiradas, como la foto de 1949 de un grupo de altos funcionarios rusos como mafiosos norteamericanos en una celebración de May Day. Y así y todo, su mayor acierto radica en la compaginación. Ver las dos fotografías de 1900: arriba, excitados oficiales británicos leen los diarios antes de embarcar hacia Africa para pelear en la guerra de los Boer. Abajo, una trinchera interminable rebalsando de soldados ingleses, su aventura terminada.
Las pocas fotografías de esperanza andan apretujadas entre tanto horror. Como una de August Sanders de 1924 que registra un taller de costurería bajo una luz algodonosa o la imagen que el telescopio Hubble tomó en 1995 de una majestuosa incubadora de estrellas. Más que nunca, imágenes así nos hacen sentir chiquitos: el hombre como un ser arrogante que se tironea por migajas.