Dom 26.08.2007
libros

GOYTISOLO

Caballero de dos mundos

España y América ocupan su lugar en esta recopilación de ensayos de Juan Goytisolo. El lector puede asomarse aquí a un mundo a la vez lejano y extraño, en el que textos precervantinos son referencias ineludibles, o donde sólo dos argentinos, Sarmiento y Manuel Puig, conviven en la atención del autor.

› Por Rodrigo Orihuela

Ensayos escogidos
Juan Goytisolo
Fondo de Cultura Económica
433 páginas.

Juan Goytisolo no vive en España desde que se exilió en 1956 y gran parte de su producción literaria ha sido elaborada en el extranjero, primero desde París y luego desde la ciudad marroquí de Marrakech, donde vive. Los 35 ensayos recopilados en Ensayos Escogidos demuestran, sin embargo, que España y la cultura hispana han estado siempre entre sus principales preocupaciones literarias. El libro está dividido en dos partes, España y América. Lo mejor de la primera (y la más interesante de las dos) se encuentra en los análisis críticos de obras conocidas en España entre los siglos XV y XVIII. La sección americana otorga un espacio preponderante a diversos autores del siglo XX admirados por Goytisolo (Carlos Fuentes, Guillermo Cabrera Infante, Octavio Paz, Reinaldo Arenas). Ambas secciones pueden unirse a través de la presencia ineludible de El Quijote.

Foto: Efe

La mejor herramienta para medir la calidad de estos ensayos, publicados originalmente entre 1967 y 1995, la ofrece el mismo Goytisolo en "Lectura y relectura", el vigésimo ensayo, al afirmar que la diferencia entre un texto literario y un producto editorial "está en la exigencia o no de su relectura" y al mencionar una cita de André Gide: "Lo que se comprende en un abrir y cerrar de ojos no suele dejar huella".

En estos Ensayos escogidos, Goytisolo intenta darle una vuelta de tuerca adicional a la práctica de la relectura. Lo que busca no es tanto que sean releídos sus propios ensayos sino que, a través del rescate, la defensa o la revalorización de ciertos autores y libros, sino obligar al lector a releer los textos y escritores acerca de los cuales escribe. Las diatribas de Goytisolo a favor de determinada literatura precervantina despiertan curiosidad, tanto por los análisis en sí como por saber por qué esa literatura tiene tan poco lugar en la crítica cotidiana de la literatura en nuestro país. La Celestina y La lozana andaluza rara vez se usan como referencias literarias. Y si ambos fueron fuentes esenciales para el comienzo de la producción literaria española, y por ende en idioma español, ¿puede negarse que sean piezas fundamentales, aunque olvidadas y prehistóricas, de nuestra literatura?

Más allá de España y su cultura, la principal preocupación temática en la obra de Goytisolo ha sido siempre la identidad, tanto nacional como personal. En ello reside gran parte de su interés por rescatar esos trabajos precervantinos y en hablar de la cultura musulmana y judía sefardí en España en ensayos como "El legado andalusí" o "La España de Fernando de Rojas". Es a través de la aceptación y el orgullo por ese legado que España encontrará su verdadera identidad y reconocerá "su occidentalidad matizada" única, que mucho tiene para brindarle a la Europa comunitaria, dice Goytisolo. Para él, catalán descendiente de vascos, el problema de la identidad española pasa más por el reconocimiento del pasado previo a los Reyes Católicos que por lidiar con los regionalismos peninsulares.

El interés de Goytisolo por otras culturas va, además, más allá del simple academicismo. De hecho, aprendió a hablar turco y árabe (en su variante coloquial marroquí) al mezclarse con inmigrantes en París. Su interés por los choques culturales y el mestizaje también puede notarse en su admiración por Carlos Fuentes y otros autores latinoamericanos, entre quienes aparecen dos argentinos: Sarmiento y Manuel Puig.

Con Puig, Goytisolo es puro elogio y admiración, característica recurrente, en mayor o menor medida, con todos los autores contemporáneos analizados en estos ensayos. Con ellos, se nota en demasía la falta de distancia entre Goytisolo y los sujetos abordados y así se pierde parte de la calidad crítica y explicativa que caracteriza la primera parte del libro.

El abordaje a Sarmiento es más complicado porque Goytisolo utiliza fragmentos de la obra del sanjuanino para respaldar sus propias críticas a la cultura y la sociedad españolas y a tal fin perdona diversas barbaridades de Sarmiento. El español resalta "la inteligencia abierta al cambio social" del autor de Facundo, y remarca que Sarmiento se fijó en "la presencia árabe" en monumentos, costumbres y sistemas sociales españoles. Pero al toparse con comentarios de Sarmiento sobre Argelia y los árabes, a quienes el argentino definió negativamente como "gauchos de acá", Goytisolo alega que Sarmiento era "hijo de su época" y que "no podía escapar de la tendencia etnocentrista al juzgar a otras culturas". Semejante permisividad resulta especialmente chocante en alguien que, a lo largo de su carrera, ha elevado su voz contra el desprecio social y racial y que, según dejan entrever sus Ensayos escogidos, nunca ha considerado a la cultura como una imposición de la "civilización" sino como el resultado y la aceptación de mezclas culturales.

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