Dom 08.01.2012
libros

Como dos extraños

Escrita en 1997 y publicada recién en estos días, El desalmado es la historia de Ricardo L’Héritier, un gemelo que por mera sugestión o fe en un exótico curandero del Chaco asesina a los que se cruzan en su camino para succionarles el ánima, transformando su identidad en un gran caleidoscopio. Pero, además, es una novela que bien podría funcionar como metáfora de los dos roles de psicoanalista y escritor que Carlos Chernov, tal como cuenta en esta entrevista, logró conjugar hace relativamente poco tiempo.

› Por Juan Pablo Bertazza

Lo primero que visualiza quien llega a su casa en Palermo es su propio reflejo. Una puerta espejada no permite vislumbrar absolutamente nada del interior de la vivienda de Carlos Chernov, escritor y psicoanalista que acaba de publicar El desalmado. Y este dato, que puede parecer circunstancial, no es menor para la lectura de la novela.

Ricardo y Eduardo L’Héritier –“heredero” en francés– son hermanos gemelos nacidos en Chaco, pero tal como reza una vieja leyenda indígena, sólo uno de los dos nació con alma. Ricardo es el desafortunado, es decir, el desalmado, y es por eso que, luego de escuchar las enseñanzas de una especie de curandero, y una vez que llega a Buenos Aires, donde se recibe de médico, decide salir a robar almas por doquier. Como una especie de Zelig argento, o al igual que en una vertiginosa y caleisdoscópica novela de aprendizaje, Ricardo irá cambiando permanentemente su personalidad de acuerdo a quién sea la víctima de su robo: absorbe, por ejemplo, el vicio de un borracho, el deseo sexual femenino de una ninfómana, y la melancolía de un depresivo. Asesinatos con altas dosis de erotismo, seducciones mórbidas y tanáticas, El desalmado constituye un cóctel intenso que mezcla el humor con la desesperanza, que desestabiliza y genera consecuencias, tal como ocurre con las relaciones de amor-odio que abundan en este libro: “cuando dicen que el odio es la otra cara del amor, no explican bien a qué se refieren, a partir de esta novela pienso que tiene que ver con características extremas que comparten tanto el odio como el amor, a tal punto que si no hay celos hay gente que piensa que no hay amor, y a medias es cierto, un grado de posesión tiene que haber, el tema siempre es la cantidad, que puede modificar la cualidad”, reflexiona Chernov. Un planteo similar desarrolla cuando se le consulta acerca del espejo, el doble, la reproducción, es decir, el otro gran tema de este libro: la relación entre los hermanos gemelos Eduardo y Ricardo, tan parecidos entre sí que hasta a ellos les cuesta diferenciarse y suelen caer en la duda acerca de si una pequeña distracción de sus padres en la infancia no pudo haber determinado un cambio de identidad, un cambio de lugar. Eduardo es un matemático adicto a los juegos de azar que siempre se mantuvo escéptico a las consultas de Ricardo con el pilagá, consultas que implican incluso la muerte de su padre: “Nunca entendí por qué el tema del doble era siniestro, más allá de lo antinatural de que haya otro igual a mí, hasta que comprendí que esto significa que ya no soy único e irrepetible, es decir, que el día que me muera no se va a terminar la idea de una persona como yo, la idea del doble mata al yo, era una angustia que tenía, tal vez porque eso contradecía algo que había leído en una enciclopedia para niños, ‘que cada hombre era único porque tenía trillones de células que lo diferenciaban’”.

El desalmado. Carlos Chernov Emecé 278 páginas

Ganadora del Premio Unico de Novela Inédita de la Municipalidad de la CABA, Carlos Chernov escribió El desalmado en 1997, una obra que circuló por diversos concursos internacionales en los cuales llegó a obtener menciones y hasta algún segundo premio. La participación de este escritor en concursos literarios signó, de hecho, los comienzos de su carrera ya que podría decirse que, así como hay equipos que salen ganando desde el vestuario, él obtuvo dos importantes galardones antes de considerarse incluso escritor: “cuando gané el Planeta y el Quinto Centenario venía del psicoanálisis y no entendía nada, entonces creí que iba a ganar siempre, y eso me confundió porque si bien hay muy buenos libros que no sacan premios y viceversa, es cierto que cuando publiqué libros sin premio vendieron menos que los que habían ganado algo”, aclara Chernov, rodeado de libros, desde el techo hasta el piso, en un escritorio que presumiblemente funciona como consultorio. ¿La comunión entre el psicoanálisis y la literatura? ¿la literatura y la psicología como metáfora de los dos hermanos gemelos de esta novela? A pesar de reconocer que le dio algunos puntos a favor –cierto saber humano, conocimiento sobre los relatos–, Chernov considera que el psicoanálisis le jugó en contra. Empezó a escribir en prosa a los treinta años, luego de recibirse de médico y tras haber ejercido durante diez años, y de manera exclusiva, el psicoanálisis: “Cuando comencé a escribir me costaba mucho hacer las dos cosas, a tal punto que sólo escribía durante el verano, cuando no ejercía de psicoanalista, y no era que no tuviera tiempo, simplemente tardé mucho en juntar ambas actividades en el mismo día”.

Aunque, como en toda su obra, abundan en El desalmado ciertas pistas psicoanalíticas, es la primera vez que aparece de manera muy definida la construcción de una psicóloga, Julia, que se obsesiona con el tratamiento de Ricardo, quizás por no tener hijos. Durante las sesiones en el Hospital Borda, donde va a parar Ricardo luego de un intento de suicidio –la succión de almas implica la inmortalidad, por lo cual le resulta difícil morir– juntos generan un contraste: mientras ella representa las ideas de la ciencia conjetural a la que responde, él cree cada vez más en la teoría indígena sobre las almas: “dos teorías fuertes que no son del todo verdaderas, el tema es que la teoría que gana es la más poderosa, no la más verdadera. La gente entiende mal la abstinencia del psicoanalista, no es que no se deba coger al paciente, eso desde ya, pero no se trata sólo de eso, estás mudo acerca de tu vida horas y horas generando una asimetría terrible porque el otro habla sólo de su vida durante horas y horas, cuando hablás de vos mismo automáticamente generás un enfrentamiento narcisista con el otro, y eso rompe el pacto de diálogo psicoanalítico, una idea brillante que no es mía sino de Freud” explica Chernov, quien terminó de preparar la reedición de su primera novela Anatomía humana, y que ahora se encuentra escribiendo otra novela algo autobiográfica que se llamará Amo, sobre un hombre que que se enamora por primera vez, a los 50 años, hasta que irrumpe la tragedia.

“El amor es nuestro amo” adelanta Chernov, el escritor que desembrolla las frases hechas, el escritor que transita de una forma novedosa los lugares comunes.

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