RESEñA
Cuéntame tu vida
Freud en las pampas
Mariano Ben Plotkin
Sudamericana
Buenos Aires, 2003
346 págs.
POR JORGE PINEDO
Junto a la deglución de vidrio y batracios, el engorde de los partidos trotskistas y la mayor densidad de profesionales “psi” por milímetro cuadrado, resultan peculiaridades de estas achatadas pampas que no se encuentran en ningún otro paraje de la galaxia. Epifenómenos de una Argentina mutante (de tan conservadora), aceptan intentos explicativos donde convergen variables que no siempre se articulan con lógica rigurosa. Mientras se puede establecer un vínculo entre las dos primeras curiosidades, aun desde el sentido común, la proliferación del higienismo psicológico insume neuronas de investigadores, terapeutas, pacientes y neófitos bienpensantes, a tal extremo que ha logrado convertirse en un “artefacto cultural” destinado a otorgar sentidos prêt-à-porter a todo aquello que se escabulle a alguna lógica (lo que, por cierto, parece recurrente en estas playas).
Desentrañar semejante madeja ha sido la tarea implementada por el historiador Mariano Ben Plotkin a todo lo largo de Freud en las pampas, donde explora lo que denomina “la expansión del mundo psicoanalítico”, sin atenerse en forma estricta a la doxa freudiana. Más bien, reconoce, utiliza una definición extensiva hasta abarcar “todos los discursos y prácticas sociales que reconocen una inspiración psicoanalítica y se legitiman en ella”. Indispensable caracterización, dado que evita toda polémica en torno al “ser” (psicoanalista), adentrándonse sin prejuicios en esa espesa estofa donde bullen tragedias socioeconómicas, dramas intelectuales, comedias históricas, farsas políticas, sainetes académicos, vodeviles institucionales y pasarelas fashion.
Plotkin toma la punta “psi” que asoma de la madeja nacional y desata uno a uno los sucesivos nudos (de los gordianos a los borromeicos), con el auxilio del conjunto de espejos donde la discursividad “psi” se refleja. Revistas de actualidad, publicaciones especializadas, testimonios personales, bibliografía específica y fuentes secundarias aportan un espectro amplio que se combina con referencias sociológicas destinadas a explorar aquellos contextos desde miradas comprobadamente idóneas (Tulio Halperín Donghi, Susana Torrrado, Beatriz Sarlo), sin desdeñar las serias aproximaciones de historización surgidas desde el seno mismo de la producción “psi” (Hugo Vezzetti, Germán García, Jorge Balán), para avanzar hacia la construcción de un continuum que la magnitud del fenómeno requería desde hace demasiado.
Sin amedrentarse, Plotkin postula algunas tesis destinadas a dar cuenta de las múltiples causas de la honda raigambre folklórica en el psicologismo. De tal modo, así como los discursos “psi” ponen a disposición del público neófito un sistema que apunta a comprender y a la vez brindar un renovado lenguaje para expresar los “valores tradicionales” (familia, maternidad, omnipotencia femenina, etc.) sin ponerlos en riesgo, proporciona herramientas aptas a fin de representar los nuevos sistemas de creencias.
En ese tránsito, Freud en las pampas logra denunciar fundamentalismos y mistificaciones, situando a los personajes de la historia del psicoanálisis en su verdadera dimensión. Así como subraya la trascendencia de las producciones y participación de algunos profesionales a menudo soslayados por el establishment (Eva Giberti, Alberto Fontana), Plotkin seocupa de no olvidar abyecciones: un Arnaldo Rascovsky funcional a la dictadura, “teorizando” que un militante de organizaciones armadas padecía de una enfermedad mental igual a la psicosis o la adicción a las drogas. Ideología, al fin y al cabo, que reduce lo público a lo privado, lo colectivo a lo individual, la cultura a lo subjetivo, el psicologismo nac & pop adquiere en este ensayo tanto la condición fundacional como la dimensión del estrago.