PENSAMIENTOS DE IZQUIERDA
Un fantasma europeo
IDEOLOGIA. UN MAPA DE LA CUESTION
Slavoj Zizek (comp.)
Trad. Mirta Rosenberg, José Sazbón y otros
Fondo de Cultura Económica
Buenos Aires, 2003
382 págs.
POR VALENTIN DIAZ
Zizek habla. Su grado de intervención pública ha crecido llamativamente y parece haber encontrado un público dispuesto a escucharlo. Posicionado desde la combinación de la larga tradición del intelectual crítico con un aire aggiornado que le permite hablar de prácticamente cualquier cosa, ha logrado consolidarse como una voz que intenta ser tan específica como comprensible.
A fines del año pasado, Buenos Aires fue escenario de este fenómeno, y en ocasión de su visita el filósofo esloveno presentó la traducción de Ideología. Un mapa de la cuestión, compilación de artículos que, en un mismo movimiento, reconstruye la trayectoria histórica del concepto y señala su vigencia (a partir de algunas reformulaciones) para pensar el mundo contemporáneo. La ideología, en este sentido, funciona como clave para posicionarse con respecto a la discusión sobre la actualidad del materialismo histórico y de la dialéctica, tras el auge de las lecturas de la posmodernidad.
Si hasta no hace demasiado tiempo la ideología parecía haber recibido sentencia de muerte, a partir de su inaplicabilidad al contexto del capitalismo tardío, en los últimos años se ha producido una importante recuperación teórica, en paralelo con el resurgimiento de movimientos “ideológicos”. Si bien Zizek aparece como una de las voces representativas de esta recuperación, no por esto elude la conflictividad del concepto. La compilación está conformada por artículos de diferentes autores, e incluye desde clásicos como Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado de Louis Althusser, textos de Adorno o Lacan, hasta producciones más recientes que analizan desde diferentes perspectivas la historia y los usos de lo ideológico. Se destaca en este sentido el trabajo de Terry Eagleton, que reconstruye con un tono claro los momentos clave del marxismo occidental. De todos modos, es el propio Zizek quien abre y cierra el libro, y así sienta claramente su posición. En la “Introducción” da cuenta de la amplitud de usos del concepto, que en términos generales tiene que ver con la alternancia entre la idea de ideología como “falsa conciencia” y su sentido no peyorativo de “sistema de creencias orientadas a la acción”. Ante este estado de cosas, y luego de recorrer exhaustivamente el problema (avanzando por ejemplos, recurso que –marca registrada del autor– debe pensarse no como aleatorio sino más bien como constitutivo, en términos de una concepción de la tarea crítica, en la que el caso no vendría a ilustrar sino a dialogar con la teoría), Zizek, recurriendo a un esquema hegeliano, organiza las concepciones de la ideología (y de este modo su propia antología), a partir de tres ejes: “en sí” (ideología como complejo de ideas), “para sí” (ideología en su apariencia externa, donde los Aparatos Ideológicos de Estado de Althusser son el mayor ejemplo), y finalmente “en y para sí” (la ideología “espontánea” que opera en el centro de la realidad social en sí).
De esta manera, es posible para Zizek delimitar el espacio de su posicionamiento, donde la presencia de Althusser es cada vez mayor, y donde finalmente se postula un modo de la ideología en el que el psicoanálisis lacaniano justifica una “vuelta a Marx” por implicar un modo de resolver el “carácter incompleto del materialismo histórico”. Luego, el capitulo final, ya incluido en El sublime objeto de la ideología, hace de este libro la continuación de un proyecto.
Ideología. Un mapa de la cuestión aparece entonces como material imprescindible, no sólo porque ofrece un verdadero panorama del problema sino también porque, se esté más o menos de acuerdo con las categorías de las que se vale, invita a permanecer en la idea de que aún es posible entablar una relación crítica con el propio presente.