RESEñA
Combatiendo al capital
ANTICAPITALISMO PARA
PRINCIPIANTES
La nueva generación de
movimientos emancipatorios
Ezequiel Adamovsky
Ilustraciones del colectivo Ilustradores Unidos
Era Naciente
Buenos Aires, 2003
176 págs.
POR MARTIN BERGEL
No resulta sencillo identificar el tipo de lector adecuado para el libro que Ezequiel Adamovsky presenta bajo el título Anticapitalismo para principiantes. La colección Para Principiantes de la que forma parte –dirigida por Juan Carlos Kreimer– parece haber encontrado, hace años ya, una fórmula atractiva que da una vuelta de tuerca sobre un género añejo, el de la literatura de divulgación. El tono didáctico del texto de Adamovsky ciertamente se ajusta bien a las reglas implícitas del género. El capítulo con que se inicia el volumen, por ejemplo, es un ejercicio cuidadosamente pensado de explicación del capitalismo en tanto sistema social. Esa explicación, que se recuesta en nociones clásicas que remiten a Marx, no elude sin embargo presentar de modo sencillo problemas que han dado lugar a sofisticados debates teóricos contemporáneos, como el de la naturaleza del Estado capitalista, o el de la relación entre la democracia liberal y la “dictadura de los mercados” en la era de la globalización. Ahora bien, desde el comienzo se hace explícito que esta aproximación no ha de ser neutral sino la de quien tiene la convicción de que el capitalismo es culpable de “la mayoría de los sufrimientos del mundo”. A la vuelta del capítulo, la paciente reconstrucción de Adamovsky resulta suficientemente sólida e informada como para que esa afirmación inicial parezca evidente.
Y sin embargo, el libro de Adamovsky es ciertamente más que un manual de divulgación o “mapa” para orientarse en el mundo. Diríase que, por su contenido, bien puede enmarcarse en un género distinto: el de los manifiestos políticos. Y es que el resto del libro presenta una serie de ideas, en forma de tesis, que no podrán sino atrapar y llamar a la polémica a los lectores familiarizados con los debates políticos de las izquierdas. Para Adamovsky, en los últimos diez años –precisamente, desde el alzamiento zapatista– asistimos a la emergencia de una serie de movimientos, ideas y prácticas que dan cuerpo a lo que denomina nuevo anticapitalismo. La mayoría de esas expresiones –los grupos piqueteros autónomos, las redes de contrainformación, o el Foro Social Mundial– están involucradas, más o menos directamente, en el denominado “movimiento de movimientos” contra la globalización capitalista. En la mirada de Adamovsky, esos movimientos comparten una serie de características que otorga tanto un extraño aire de época común a todos ellos como una plataforma de neta diferenciación con las tradiciones de izquierda precedentes.
El siglo XX fue testigo del fracaso de los experimentos de transformación social que intentaron, sucesivamente, las izquierdas de cuño leninista, los partidos socialdemócratas y los movimientos de liberación nacional. El nuevo anticapitalismo presentado por Adamovsky, en cambio, se opone punto por punto –desde su concepción del poder hasta los sujetos llamados a desarrollar una política emancipatoria; desde sus prácticas y tácticas de acción política hasta el ethos y los valores de los nuevos militantes– a los modos de la política propios de esas tradiciones.
Por todo ello, si el libro de Adamovsky logra eludir los límites que su apariencia meramente divulgativa acaso le imponga, no resultará improbableque lo veamos concitando acalorados debates, al estilo de los propiciados por ese otro texto que se construyó a diferencia de ciertas categorías clásicas de la izquierda del siglo XX: Imperio de Toni Negri y Michael Hardt. En todo caso, si augurarle un destino semejante puede resultar excesivo, Anticapitalismo para principiantes será cuanto menos leído tanto con la curiosidad del joven aprendiz como con la inquina del viejo militante “tradicional” retratado en el libro sin miramientos.