DISEñO Y SALUD
Un matrimonio de diseñadores gráficos recibe un diagnóstico crítico. Y descubre la pobreza visual y conceptual de la información disponible para los pacientes. Así nació una empresa que está cambiando la manera de transferir conocimiento en salud pública con herramientas visuales.
› Por Matias Delfino
¿Es posible que el diseño gráfico como disciplina pueda tener un rol fundamental en el tratamiento de enfermedades? Esto parecen haber descubierto Lisa y Doug Powell, que a fines de 2002 recibieron una noticia que transformaría sus vidas para siempre, tanto en lo familiar como en lo profesional: a su hija Maya, de 7 años, le diagnosticaron diabetes tipo-1. “Estábamos devastados –explica Doug Powell–. La enfermedad nos agarró totalmente desprevenidos sin darnos tiempo a reaccionar. La experiencia del diagnóstico de la diabetes es totalmente fulminante. No te dicen que vuelvas en una semana para hacerte otros análisis. Y tampoco hay segundas opiniones. Así que tuvimos que empezar de manera inmediata a entrenarnos nosotros mismos y a nuestra hija en la complicada nueva rutina diaria que sería necesario afrontar por el resto de nuestras vidas.”
Para hacer frente a esta situación, los Powell empezaron a buscar toda la información disponible que les permitiera entender la enfermedad, así como material práctico que les ayudara a convivir con ella. Necesitaban contención para el nuevo tratamiento, para la dieta y para los cambios de estilo de vida que debían emprender de manera urgente. Pero no la encontraron. Por el contrario, se vieron desbordados por la complejidad de las indicaciones de dosis de insulina, análisis de sangre, nutrición, horarios de comidas, instrucciones ante emergencias. Gran parte de ese proceso de aprendizaje se dio a través del material informativo que recibieron, que carecía de un formato fácilmente comprensible para el paciente y empleaba términos médicos complejos, en algunos casos más como formularios administrativos que folletos explicativos.
Establecidos en Minneapolis (EE.UU.), donde dirigían su propio estudio de diseño Schwartz Powell Design, la pareja de diseñadores decidió crear una serie de herramientas visuales para enfrentar la complejidad de la enfermedad y facilitar el tratamiento de su hija. Si era complicada la adaptación a esta nueva rutina de vida para un adulto, mucho más compleja resultaba para un niño.
“Recién unos seis meses después del diagnóstico pudimos de alguna manera reflexionar sobre la experiencia que estábamos viviendo –explica Doug–, y realmente nos sentimos frustrados por lo difícil que nos había resultado todo y por los pocos recursos que había para nosotros. Fue entonces que hicimos lo que cualquier diseñador hubiera hecho: buscamos una solución creativa.” Lo que hicieron fue crear material gráfico con un lenguaje simple, que pudieran compartir con su hija y que ella pudiera entender fácilmente, ayudándola a mantener la independencia de que gozaba hasta el momento. Entre sus creaciones está una serie de imanes para la puerta de la heladera con imágenes en color de distintos alimentos básicos, su contenido en carbohidratos y su valor nutricional; un mazo de cartas con las mismas imágenes; una serie de etiquetas autoadhesivas para clasificar los sobrantes de comida y hasta unos pequeños formularios tipo post-it con información fundamental para que su hija llevara consigo cuando, por ejemplo, iba a comer a la casa de una amiga o un familiar.
Si bien todo comenzó como una respuesta espontánea y casera a la enfermedad de la pequeña Maya, muchas otras familias con niños diabéticos mostraron interés en la practicidad y utilidad de sus creaciones. Esto inspiró al matrimonio a considerar la posibilidad de producir estas herramientas en forma masiva. Y es así como un tiempo después empezaron a ofrecer sus productos en www.type1tools.com a familias que atravesaban un desafío similar.
Tal fue el éxito que tuvieron con la iniciativa que la propia Asociación de Diabetes de Estados Unidos reconoció su labor proponiéndoles ofrecer sus productos en la página inicial de su website y en su catálogo. La respuesta de pacientes, familiares, educadores y profesionales de la medicina fue también positiva, alentándolos incluso a extender sus productos a otra variante de la diabetes: el tipo-2. Como resultado de esta experiencia descubrieron que la poca claridad y la ausencia de diseño del material informativo/educativo sobre otras enfermedades crónicas era una constante.
Por eso, en enero de 2006 decidieron expandir su visión creando Health Simple –www.healthsimple.com–, empresa que busca comunicar información crítica sobre distintas enfermedades de una manera “visual”, involucrando al paciente, educándolo, motivándolo a hacerse responsable de su propia salud y ayudándolo a mejorar su calidad de vida. A partir de esta nueva iniciativa se han generado alianzas estratégicas con distintas entidades, organizaciones y empresas relacionadas con la salud pública.
“Creo que los diseñadores estamos entrando en un mundo apasionante, donde el diseño está recibiendo la mayor atención que se haya visto en los medios y en la cultura dominante, completa Doug Powell. “Por lo tanto, hay una tremenda cantidad de oportunidades para los diseñadores. Pero también creo que el modelo tradicional de negocio del diseño, en que el cliente contrata a un diseñador y este último le provee el servicio, se está convirtiendo en obsoleto. Es por eso que pienso que los diseñadores necesitarán convertirse en emprendedores empresariales para poder así subsistir y obtener mayores rentabilidades.”
Un caso más para demostrar la influencia positiva que el diseño gráfico puede generar en disciplinas tan diversas como la medicina.
* El autor de esta nota es diseñador gráfico, trabaja en el Departamento de Diseño de las Naciones Unidas en Nueva York. [email protected]
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