Un nuevo parque para Buenos Aires es siempre bienvenido. Uno de esos especiales eventos está a punto de concretarse dentro de un mes, como es lógico, en plena primavera. Son 6 hectáreas que forman parte del proyecto que cose Puerto Madero con la renovada Costanera Sur, compuesto por gaviones de granito y taludes de césped que organizan una topografía de ollas con sendas peatonales en su interior, densamente arbolada con variadas especies.
Donde Micaela es nombrada
Como todas las calles y espacios en Puerto Madero, el nuevo parque tiene nombre de mujer. Esta vez el homenaje es a Micaela Bastidas, la mujer de Tupac Amaru que en los años de rebelión del pueblo inca frente a los españoles supo controlar el movimiento de las rutas interiores del Perú, haciendo base en la ciudad imperial de Cuzco. Bastidas fue brutalmente asesinada luego de la derrota indígena, junto a dos de sus hijos.
Esta nueva geografía porteña, con caminos y colinas, reinscribe el nombre de esta valiente luchadora. El parque se encuentra dentro de un sector del Proyecto de Areas Verdes de Puerto Madero y Revitalización de la Costanera Sur, proyectado por el grupo de arquitectos Joselevich, Novoa, Garay, Magariños, Vila y Sebastián hace ya algunos años. El equipo continúa trabajando y materializando etapas para el completamiento del proyecto.

Cruces de sendas
¿Es que ha vuelto el interés por el paisajismo en nuestra ciudad? ¿Qué conceptos trae aparejados el intervenir en una gran ciudad hoy?
Marcelo Vila, uno de los autores del Parque Bastidas y profesor de Diseño en las carreras de Paisajismo y Arquitectura de la FADU y la Universidad de Palermo, y miembro del estudio Vila-Sebastián-Vila, reflexiona sobre la ciudad y el aporte que desde la óptica de un paisajismo con conceptos ampliados desde el urbanismo y la arquitectura.
Puntualiza: los problemas existentes en Buenos Aires son de diversa índole, algunos tienen que ver con las inundaciones y las formas de resolverlas. La creación de lagos compensadores es una seria opción que desde el paisajismo se plantea como respuesta. Otro tema pendiente son las autopistas, sus espacios residuales y su relación con la trama urbana, una cuestión menospreciada desde su origen, que está aún sin resolver.
Un tercer problema son las áreas que han quedado vacantes debido a la reducción de superficie requerida por los ferrocarriles para su funcionamiento. Estos espacios dejan una puerta abierta y son sin duda la última reserva de tierras disponibles con que cuenta la ciudad para resolver problemas de comunicación entre las diferentes piezas urbanas existentes y brindar la infraestructura faltante para grandes sectores de la ciudad.

El murgómetro de Brian
Otro caso estudiado por Vila junto a sus alumnos es la cuenca del Riachuelo, en donde existe un lugar que supo ser hermoso, hoy degradado y olvidado: el meandro de Brian. Este rincón exige soluciones creativas para resolver los graves problemas que padece en la actualidad.
La cátedra planteó una variable novedosa como es la de incorporar al barrio un programa de necesidades que aporte una nueva y creativa función, que posibilitará la llegada de gente desde otras partes de la ciudad, reactivando el lugar económicamente.
Es la creación del primer murgómetro de nuestro país. Esto suena raro pero responde a un interés genuino que en los últimos años ha tomado fuerzas, las que vienen en aumento: la valoración por las murgas. Tantoaquí como en el Uruguay, ya hay más de setenta grupos que necesitan de un espacio apto para desarrollar su actividad.
El motivo es claro: “La primera operación que hay que efectuar es cargar de contenidos y programas capaces de generar un nuevo y más alto valor agregado a los sectores actualmente marginados”, explica Vila.
Dentro de ese esquema de intervenciones puntuales, el revitalizar áreas marginadas de la ciudad aportando nuevas ideas y conectándolas con circuitos que sean de interés para el turismo, como para dar aires renovados a barrios marginados, es prioritario.