NOTA DE TAPA
Arquitecta, diseñadora, artista, Eileen Gray tuvo que esperar para la revancha. La editorial alemana Taschen lanza una preciosa edición que la tiene como protagonista. Homenaje a la pionera que supo ser entre los modernistas.
› Por Luján Cambariere
“Su trabajo fue poco reconocido. Le hicieron sombra nombres como Le Corbusier y Marcel Breuer, pero hoy la diseñadora irlandesa, artista laqueadora y arquitecta Eileen Gray (1878-1976) finalmente ha alcanzado el reconocimiento como diseñadora y gran talento individual que se merece”, señala Philippe Garner, autor de numerosos ensayos sobre artes aplicadas y el responsable de este tributo que acaba de lanzar la alemana Taschen. Homenaje de bella factura, como acostumbra la editorial, donde analizan e ilustran la obra –desde objetos y mobiliario hasta construcciones y proyectos arquitectónicos– de una de las personalidades más originales del diseño de la primera mitad del siglo XX, que influyó tanto en el modernismo como en el art déco.
Gray nació en agosto de 1878 en Brownswood, Irlanda, la menor de cinco hermanos. Estudió arte en la Slade School of Fine Art de Londres, a la vez que aprendía el arte de la laca en un taller de muebles en el Soho logrando una refinadísima técnica. En 1900 viaja por primera vez a París con su mamá y visita la Exposición Internacional. Ese mismo año muere su padre y decide establecerse en París para continuar sus estudios. Así, además de asistir a clases en la Ecole Colarossi, aprende técnicas orientales de laqueado con Seizo Sougawara, un prestigioso artesano japonés. Hacia 1910 comienza a diseñar sus primeras pantallas, objetos, biombos y paneles laqueados con motivos figurativos, exponiendo sus obras en el Salon des Artistes Décorateurs, donde obtiene el encargo de su primer mecenas importante, el modisto y coleccionista Jacques Doucet.
La Primera Guerra Mundial interrumpe su trabajo. Cuenta la historia que en ese entonces tuvo que dejar su actividad para ocuparse de conducir una ambulancia. Vuelve a Londres con Sougawara, y cuando se calman las aguas regresa a París. “En esa época se la ve en pinturas respondiendo al estilo victoriano en vestimenta y peinado, acompañada siempre de un gesto triste y distante que probablemente haya sido la manera de la gente joven de su clase y de esos tiempos. Recién en fotos de 1926 empieza a aparecer con una fisonomía más sofisticada, casi bohemia, coincidiendo con la etapa donde había comenzado a vivir la plenitud de su energía creativa y había creado las oportunidades para explorar su talento. Estos cambios de adolescente victoriana a mujer moderna habían surgido después de haber trabajado en los talleres de Sugiwara, artesano magistral de diseños nuevos para muebles y accesorios de colores llamativos y líneas simples. Esa influencia pone de manifiesto el genio creador de esta artista combinado con un sentido innovador de la forma, como así también su sensibilidad al color, que fueron aplicados para lograr grandes efectos e innovaciones en el mundo de los muebles y del diseño interior”, detalla Garner.
En 1922 y después de varios encargos de ambientaciones y diseños estilo art déco para varios clientes adinerados de París, logra abrir su propia tienda en la famosa Faubourg Saint-Honoré. Es la Galérie Jean Désert, donde introduce el acero tubular en sus muebles. Ese mismo año expuso su obra en Amsterdam, donde atrajo la atención nada menos que del arquitecto Jan Wils, de De Stijl, movimiento por el que se ve posteriormente influida. En 1924, el arquitecto Jean Badovici la convence de que comience a dedicarse a la arquitectura. Así, Gray se decide a diseñar su propia casa en Roquebrune. Esta primera, en forma de L, a la que apodó de modo críptico E-1027, la concibió junto con Badovici y empleó el mismo rigor e idéntica economía en los espacios interiores que en la arquitectura, con muebles empotrados y ventanas que aparecían y desaparecían según las necesidades.
En 1930 cierra la Galérie Jean Désert y, de nuevo junto a Badovici, presenta los planos de E-1027 en la primera exposición de la Union des Artistes Modernes. Entre 1930 y 1931 diseña los planos del interior del departamento de Badovici y luego, con ayuda de artesanos locales, construye la que sería su segunda vivienda, la Tempe à Pailla en Castellar, al sur de Francia. Para ésta también diseñó muebles cómodos, prácticos y sobre todo tremendamente versátiles. Según Garner, ambas casas se constituyeron en paradigmas del movimiento moderno. Tal es así que, en 1937, Le Corbusier la invita a exponer sus planos para un Centro de Vacaciones en el Pavilion des Temps Nouveaux en la Exposición de París. Gray no asiste a la inauguración y empieza un largo período de retiro. Es que durante la Segunda Guerra Mundial son bombardeadas varias de sus posesiones. Se aísla en Provenza y su trabajo se limita a algunas pinturas, esquemas arquitectónicos y revisiones de sus muebles. En 1970, el coleccionista americano Robert Walker comienza a descubrir ejemplos de sus lacas, prácticamente olvidados, y renace la estima por su obra. En 1972 el interés por su obra aumenta con una subasta en París del contenido del apartamento de Jacques Doucet y una exposición en el Royal Institute of British Architects en Londres. Zeev Aram, un fabricante de muebles londinense, reproduce tres piezas de su mobiliario. El 31 de octubre de 1976 muere en París a la edad de 98 años.
Numerosas piezas relatan lo mejor de los dos mundos que habitaba Gray. El virtuosismo de sus trabajos en laca con su original uso del color, finas terminaciones, enigmáticas alegorías figurativas y formas gráficas abstractas. Lujo y sofisticación al servicio de piezas realmente fascinantes que datan del primer período de su trabajo. De esa época y de su vínculo con Doucet, por ejemplo, nace la Lotus Table, en la que retoma el motivo de un panel creado por ella en 1913 y es una síntesis de la forma de la flor de loto; la mesa Bilboquet, un diseño simple de dos bandejas circulares sostenidas por patas de bloques, ladrillos de madera, que en su momento los críticos interpretaron como una manifestación de su futuro amor por la arquitectura, y una mesa pequeña de laca roja. También sus famosos block screens, bellas obras a mitad de camino del mobiliario, la arquitectura y el interiorismo. Piezas que sumadas forman paredes articulables que ella usaba para revestir, para decorar o para separar ambientes. Alfombras de diseños abstractos, la silla Sirene y el diván Pirogue con forma de canoa en laca marrón y plata también son de esa época, que muchos tildan de lujosa y sofisticada y de la que en una etapa posterior Gray reniega.
“En cada categoría de diseño de mobiliario, la carrera de Gray se caracterizó por un constante sentido de la experimentación y el desarrollo. Esto es evidente en la evolución de formas, motivos y materiales. Así, laca y detalles preciosos como mármoles o madreperla son gradualmente abandonados en favor de materiales más utilitarios –acero tubular, metal, corcho, vidrio o madera pintada– usados con inimitable don”, resume Garner para dar cuenta de una etapa nueva de su obra. Así el simbolismo y los motivos abstractos de su trabajo temprano son también abandonados. Su espíritu se manifiesta de otras maneras, en proporciones inesperadas, siempre funcionales. “Trabajó fundamentalmente buscando la armonía, logrando espacios acomodados a la existencia del que los habitaba, guardando las proporciones entre el ambiente y las aspiraciones y los sentimientos de quienes serían sus usuarios. Los espacios, a pesar de estar estudiados meticulosamente, eran económicos, con austeridad en líneas y sólo enriquecidos por accesorios que generalmente también eran de su diseño”, suma Garner.
Así diseñó muebles que combinaban el máximo confort con el mínimo espacio: sillas y hamacas plegables, que podían sacarse a la terraza o guardarse en cualquier sitio, una elegante mesa circular de cristal y acero tubular que permitía desayunar en la cama y todo tipo de muebles con cajones que giraban sobre su eje.
¿Algunos de sus hits? La silla Transat (1925) de estructura de madera barnizada o laqueada, articulaciones de metal cromado y asiento enchapado en níquel con tapizado en cuero y la Bibedum Chair, de base de acero de cromo plateado y tapizado en cuero, productos que hizo para su primera casa. También son famosos sus numerosos multimódulos como el Dressing Cabinet en placas de aluminio, madera pintada, corcho y vidrio que usaba para separar el baño del dormitorio de su casa, numerosos trolleys, sus sofás con bloques laqueados a los costados que ofician de mesas de apoyo, la Silla S con asiento de canevas y la Non Conformist Arm Chair, donde dejó trunco un brazo de esta silla de cromo y cuero cuyo nombre explica por sí mismo su significado.
Por último, otro segmento donde se destacó fue en el diseño de marcos y lámparas concebidas de formas inéditas para la época, como las lámparas de pie de motivos tribales, distintas versiones de faroles japoneses o su sintética Tube lamp, en chapa de cromo y acero con tubo que actualmente forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
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